
David Foster Wallace: The Infinite Jest. Little, Brown & Co. Boston: 1996. [Versión en castellano, La broma infinita, Marcelo Covián (tr.) y Javier Calvo (rev.). Barcelona: Mondadori, 2002].
A través de esta cita puedes acercarte al problema del nihilismo tal y como lo explica Foster Wallace en La broma infinita.
A Gately, un delincuente toxicómano que busca la Verdad dentro de Alcohólicos Anónimos, se le atraganta el tercer paso hacia la abstinencia que sugiere enconmendarse a un poder superior. El personaje no es capaz de ir más allá de un mecánico arrodillarse y repetir consignas del tipo por favor y gracias.
«No siente nada, no nada sino Nada». Le resulta imposible creer que exista allá afuera Algo con un oído y mucho menos Algo con un oído a quien la desgracia humana le importe una mierda.
El pasado julio en Braintree, durante el Compromiso de los Bandera Blanca con el Grupo Te Jodes Pero No Puedes Beber, Don G., en el estrado, reveló públicamente la vergüenza que sentía por no tener todavía una sólida comprensión de lo que es un Gran Poder. En el tercero de los Doce Pasos de los AA de Boston, se sugiere que deposites amorosamente tu voluntad enferma en la senda hacia el «Dios que tú te imagines». Se cree que uno de los mejores argumentos de venta de los AA es que cada uno elija su propio Dios. Tienes que elaborar tu propia comprensión de Dios o de un Gran Poder o de Lo Que Sea. Pero Gately, ya con diez meses de abstinencia a sus espaldas, de pie en el estrado de los TJPNPB de Braintree, opina que en esta coyuntura está tan despistado y perdido que piensa que acaso lo mejor sea que los Cocodrilos de Bandera Blanca le cojan por las solapas y le digan a qué Dios de AA debe comprender y que le den órdenes totalmente dogmáticas y categóricas de cómo entregar su voluntad enferma a cualquier Gran Poder. Señala que ya ha observado que algunos católicos y fundamentalistas que hay en AA han tenido desde la infancia la noción de un tipo de Dios severo y punitivo y Gately les ha oído expresar una increíble gratitud por el hecho de que AA les permita finalmente volverse hacia un Dios Misericordioso, Amoroso y Formativo. Pero al menos esos tipos empezaron con alguna idea de Él/Ella/Ello, ya fuera una mierda o no. Uno puede pensar que sería más fácil si uno llegase con un cero en términos de antecedentes predenominativos o preconcebidos, y así se facilitaría la tarea de inventarse un Dios de Gran Poder desde cero y a partir de ahí construirse una comprensión del fenómeno, pero Don Gately se queja de que esta no ha sido su experiencia hasta la fecha. Su única experiencia hasta este momento es que acepta algunas de las raras sugerencias específicas de AA y se arrodilla de madrugada y pide Ayuda y vuelve a arrodillarse a la hora de acostarse y dice Gracias, se crea o no que le está hablando a Alguien, y de algún modo logra mantener su abstinencia durante ese día.
Esto, tras diez meses de concentración, de la que hace humear las orejas, y reflexión, es lo único que siente en materia de «comprensión» de los «aspectos divinos». Públicamente, frente a una audiencia de AA muy encallecida y de apariencia carcelaria, al unísono se lamenta y confiesa que se siente como una rata que ha aprendido un solo camino en el laberinto que le lleva al queso y que él avanza por ese sendero como una rata o algo peor. Lo divino es el queso en esta metáfora. Gately siente que aún no puede hacerse a la idea espiritual. Siente las rituales plegarias de Por Favor y Gracias como un bateador que tiene una racha de buenos golpes y no se cambia los calcetines ni la ropa interior ni altera la rutina previa al partido mientras le dura la racha. Y explica que la abstinencia es la racha de golpes en este caso. Todo el sótano de la iglesia está literalmente ahumado de tabaco. Gately dice sentir que esta es una manera parcial y miserable de comprender un Gran Poder: un camino hacia el queso o una ropa interior de deportista sucia. Asegura que cuando intenta ir más allá del automático y archisabido por-favor-haz-que-pueda-superar-el-próximo-día, cuando a veces se arrodilla y reza o medita o trata de lograr la Imagen espiritual de un Dios que le pueda comprender a él, no siente Nada, no nada sino Nada, un vacío sin límites que de algún modo siente que es peor que el tipo de ateísmo desconsiderado con el que Entró. Asegura que no sabe si algo de esto es comprensible o tiene algún sentido o solo se trata de algo sintomático de una voluntad y un «espíritu» absolutamente Enfermos. De pronto, se encuentra confesándole a una audiencia de Te Jodes Pero No Puedes Beber pensamientos oscuros y confusos que jamás le diría cara a cara a Feroz Francis. Ni siquiera puede mirarle a los ojos a F.F., sentado en la fila de los Cocodrilos, mientras dice que en este momento la mera idea de un Dios comprensivo le hace querer vomitar de miedo. Algo que uno no puede ver ni oír ni tocar: muy bien. De acuerdo. Pero ¿algo que ni siquiera puedes sentir? Porque así se siente cuando trata de comprender algo a lo que rezar sincera y verdaderamente. La nada. Dice que cuando intenta rezar, logra ver una especie de imagen en el ojo de su mente de las ondas mentales de sus oraciones escapándose y escapándose sin que nada las mentales de sus oraciones escapándose y escapándose sin que nada las detenga, yéndose, yéndose y radiando en el espacio y sobreviviéndole y yéndose, pero sin jamás chocar con Algo allí fuera, y mucho menos con un Algo con oído. Mucho, mucho menos contra Algo con un oído a quien todo esto le importe una mierda. Se siente indignado y avergonzado de estar hablando de esto en vez de lo absolutamente bueno que es pasar un día más sin ingerir una Sustancia, pero así son las cosas. Esto es lo que le sucede. Está tan lejos de aceptar la sugerencia del Tercer Paso como cuando el agente de libertad condicional le llevó al centro desde Peabody Holding. La mera idea de este Dios todavía le da ganas de vomitar. Y siente miedo.
Y la misma mierda vuelve a ocurrir. Todo el Grupo TJPNPB de tenaces fumadores se pone de pie y aplaude a rabiar y los varones silban metiéndose dos dedos en la boca y la gente se le acerca en el descanso y le estrechan la manota e incluso a veces intentan abrazarlo.
Parece que cada vez que se olvida de sí mismo y publicita lo mal que lo pasa en estado de sobriedad, los AA de Boston se entusiasman y le dicen lo magnífico que ha sido escucharle y que por Dios siga viniendo por ellos aunque no le encuentre ningún significado a toda esa mierda.
- David Foster Wallace: La broma infinita I. Acercamiento nº 1.
- David Foster Wallace: La broma infinita II. Acercamiento nº 2.
- David Foster Wallace: La broma infinita III. Conjetura nº 1.
- David Foster Wallace: La broma infinita IV. Conjetura nº2.
- David Foster Wallace: La broma infinita V. Acercamiento nº 3.
- David Foster Wallace: La broma infinita VI. Acercamiento nº 4.
- David Foster Wallace: La broma infinita VII y final. Acercamiento nº 5.