Platón: Las Leyes, libro IX

En el libro IX Platón expone las leyes que constituyen el código penal de la ciudad. Es muy llamativa la discriminación legal que sufren esclavos y mujeres, cuyas vidas valen poco menos que nada. También sorprende la creencia en el peligro que suponen los fantasmas de los asesinados injustamente. Menos curiosa y muy farragosa es la argumentación dedicada a justificar el dogma ético socrático: «nadie es injusto voluntariamente«. En cualquier caso, creo que el párrafo esencial de este libro IX es aquel en el que Platón, casi sin venir a cuento, reconoce que el rey-filósofo propuesto en República no es … Continúa leyendo Platón: Las Leyes, libro IX

Platón: República, libro IV

El tema más conocido del libro IV es la división que hace Platón de las partes del alma. Además, Sócrates termina de proponer las normas que deben regir la vida de los guardianes en la ciudad ideal. El libro IV comienza con una objeción de Adimanto que se repetirá en términos parecidos en el libro VII: al obligar a los gobernantes a prescindir de cualquier tipo de propiedad privada parece que queramos hacer de ellos los más infelices. Sócrates le responde que el objetivo de fundar el Estado no es que una sola clase sea feliz sino que lo sea … Continúa leyendo Platón: República, libro IV

Platón: Las leyes, libro VI

Una vez que en los libros anteriores Platón ha avanzado algunas de las leyes de la ciudad, procede a plantear cómo ha de ser la elección de los magistrados o gobernantes. Unas leyes excelentes en manos ineptas no producirían siquiera risa sino «grandes daños y perjuicios» (751b). Entre los magistrados son especialmente importantes los guardianes de la ley, encargados de supervisar y vigilar a la ciudad entera. «Qué en lo posible no haya nada sin vigilancia» (760a), dice Platón. En su elección no cabe el sorteo, esa concesión a  los caprichos de la plebe que sí se utiliza con los … Continúa leyendo Platón: Las leyes, libro VI

Platón: Las leyes, libro IV

En el libro IV de Las leyes Platón empieza a diseñar su modelo ideal de Estado. Comienza con sus características geográficas y nos damos de frente con el primero de sus rasgos totalitarios. Platón, el gran filósofo, desea una ciudad aislada, justo lo opuesto al tipo de sociedad en que nació la filosofía, en las costas del mar Jónico. El mar y el comercio son siempre una mala influencia para la sociedad: En efecto, el mar cercano significa para una región el placer cotidiano, aunque, en realidad, es una vecindad muy desagradable y amarga, pues, al llenarla de tráfico y … Continúa leyendo Platón: Las leyes, libro IV