Jean Baudrillard: Cool memories V 2000-2004

The most idealistic, the most pre-Raphaelite form of terrorism 
is certainly that of the Secret Agent (Conrad),
 that anarchist who wanted to blow up the 
Greenwich meridian – to free people from Time


Jean Baudrillard: Cool memories V. Chris Turner (tr.) Cambridge: Polity Press, 2007.

Este es el último volumen de los diarios de Baudrillard. Teniendo en cuenta que fue el primero en definir nuestra civilización por la proliferación de imágenes-simulacro, por el surgimiento de lo virtual y la desaparición de lo real, tenía mucho interés en leer sus observaciones acerca de los atentados del 11 de Septiembre.

En primer lugar, Baudrillard considera los atentados contra el WTC un acontecimiento, y no una obra de arte, tal y como afirmó en un principio el músico Karlheinz Stockhausen. El acontecimiento no necesita de las etiquetas de lo sublime, del arte.

El autor de Cool memories nació durante la crisis del 29 y murió en 2007 cuando las consecuencias de los atentados ya se habían hecho notar en Afganistán e Iraq. Entre el crack del 29 y el colapso de las Torres Gemelas, algo monstruoso e imparable se ha apoderado de la historia de la humanidad.

From the one event to the other, there is something like a meteoric short-cut through an advancing globalism, following out its fateful course with an inexorable logic, beyond wars and ‘historical’ events, beyond the visible progress of societies. Something that must be described as monstruous unfolds in another dimension than that of the human efforts to control its course. (p. 108)

El derrumbe de las torres es un acontecimiento histórico de tal relevancia que el haberlo vivido nos da cierta sensación de inmortalidad. Ahora bien, no tenemos idea de cuáles serán sus consecuencias.

That nothing as extraordinary as September 11th can happen for a very long time gives us a certain sense of immortality. It will stand in as a future for us – for a time. 

‘Was daraus kommt, wie von Gottes Wink, das wissen tvir nicht‘ (Hölderlin).

‘What will come of it, as if by a sign from God, we know not.’ (p.56)

Esta es indudablemente una de las formas en que Baudrillard enfoca los atentados. Algo decepcionante, en mi opinión. Pero creo que también puede leerse en sus diarios otro modo subterráneo de interpretar el 11 de septiembre, más acorde con sus «estrategias fatales». En un aforismo dedicado al conocido documental francés (Dark Side of the Moon, 2002) que pone en cuestión la llegada del hombre a la Luna y atribuye las imágenes a Stanley Kubrick, Baudrillard sugiere que, incluso aunque los argumentos del documental no sean más que disparates, lleva en un sentido profundo la razón. Nos mantienen alerta acerca de la supuesta verdad de los así llamados «hechos» o «acontecimientos».

A recent documentary supposing that the first pictures taken on the moon in 1969 were in reality filmed – by Stanley Kubrick – some time before in a studio near London. Opprobrium rains down on the media: this is morally unacceptable! You have no right to toy with reality in this way, especially now that it has become part of world heritage. An offence against reality is worse than offending against public decency.Yet that version, even if objectively false, is much closer to a truth than if it were authentic. It keeps us alert to the truthfulness of all the ‘facts’ we are presented with. (p. 59)

La realidad, la historia, siguen ahí, pero han perdido sustancia, corren como «pollos sin cabeza».

The reality principle has dissapeared, but it has left us with reality, which keeps on running like a headless chicken. (p. 28)

Si lo pensamos bien, algo parecido ha pasado con los atentados de las Torres Gemelas. A pesar de haber sido televisados mundialmente en directo, algo falla. De algún modo, se han desvanecido.

WTC: no trace of the bodies of the 3,000 victims. It’s as though they had been dropped into quicklime. All the images without the sound, silent, vitrified, pellicularized. The scrap metal and the rubble are auctioned off. The event has more or less vanished into thin air. (p. 51)

Pensar que estos diarios están sin traducir al castellano dice bantante poco de la industria editorial en castellano. Para colmo, Baudrillard cita a un autor español como Sánchez Ferlosio.

En mi opinión, una lectura impactante como pocas, muy recomendable.

Un comentario en “Jean Baudrillard: Cool memories V 2000-2004

  1. Hoy he recibido una lección. Buscando información sobre el filme A boy and his dog (1975) descubro que cuando el cine no puede desarrollar una idea (por la razón que fuera, que no es popular o que no es convencional), o pierde dinero al tratar ese tema, entra en acción el cómic. Vic and Blood, novela gráfica con guión del mismo Harlan Ellison continuó con las aventuras del perro y el muchacho donde a muchos ni les interesaba. Tres hurras por el cómic.
    Yo vi el documental francés que trata la falsedad de haber llegado a la luna en 1969. Es una farsa que se burla de los que no creemos en ese alunizaje. Yo no creo por muchas razones, la principal es la tecnológica. ¡Dios!, esas huellas que dejan los astronautas…, ni caminando sobre leche en polvo dejarías esa huella tan profunda en la luna, con una gravedad 6 veces inferior a la terrestre.
    Tampoco me creo la caída de las torres por unos aviones. Porque no me da la gana. Es parte de mi libertad, no creer.
    El ideal de una Tierra unida bajo un gran imperio es en realidad un ideal político, codicia, egolatría, etc., están presentes en todos los medios, que terminan siempre por manipularnos. Toda región tiene una radio, una televisión y un periódico afines. El conocimiento se pierde porque el divertimento lo acapara todo. Muchos terminarán tirándonos piedras por advertirles que se separen de su móvil, de su play y de sus películas de tiros.
    No quería participar, pero no he podido evitarlo. ¿Esto lo lee alguien? Avíseseme si aburro.
    Anoche leí Salón de Belleza, de Mario Bellatín. No me terminó de gustar. Me parece el relato de un vago, repite los dos asuntos: muerte de personas (siempre hombres), muerte de peces, y vuelta a empezar; no se esfuerza en contar un caso en concreto. Parece improvisar y da la sensación de hablar de algo que no sabe, que no conoce. Creo que no ha estado cerca de un moridero en su vida. Estas sensaciones que dejan algunos libros le quitan a uno el ánimo no porque traten el tema de la muerte, sino porque descubres que Jack London o Maxim Gorki hay bien pocos.

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