
Denis Dutton: El instinto del arte. Belleza, placer y evolución humana. Carme Font (tr.). Barcelona: Paidós, 2014.
Hay un problema con el arte contemporáneo. Es evidente para cualquier espectador que desde Fountain de Duchamp hasta las Brillo Boxes de Warhol estamos ante una forma de «anti-arte» que ha invadido los museos y los crítica académica. La misma enfermedad terminal que afecta al arte contemporáneo se extiende a obras maestras de la ficción literaria como Finnegans Wake o la música atonal de Schoenberg.
Denis Dutton, catedrático de Filosofía del Arte en la Universidad de Canterbury en Nueva Zelanda y creador del web Arts and Letters Daily, argumenta en este libro que es posible llevar a cabo una reflexión normativa que establezca una serie de criterios que determinen qué es arte y qué no lo es. Los pilares fundamentales en los que se apoya este ambicioso proyecto son las teorías de la selección natural y de la selección sexual de Darwin. A la estética filosófica, alejada del sentido común, Dutton contrapone una estética evolutiva donde se fusionan filosofía y teoría de la evolución.
Melamid & Komar realizaron una encuesta de ámbito mundial para averiguar las preferencias artísticas de personas de diez países distintos. La imagen ganadora en Estados Unidos es este paisaje de calendario que incorpora, cómo no, la figura de George Washington.

Según Arthur C. Danto, el pensador analítico más relevante en temas de estética, este resultado se debía a la nefasta influencia que generaciones y generaciones de estadounidenses habían recibido de la pintura decorativa, kitsch o de salón, como se prefiera.
Dutton, por el contrario, encuentra otra explicación. El punto de partida es una sencilla anécdota. Para expulsar a las palomas del alféizar de su despacho, Dutton colocó una serpiente de juguete. A pesar de no existir ese peligro en Nueva Zelanda, las palomas huían presas de terror al percibir una forma semejante. Esta es una conducta instintiva, inscrita en su ADN, fundamental para su supervivencia.
Durante los millones de años en los que el género Homo evolucionó hasta convertirse en Homo Sapiens el ser humano incorporó a su acervo genético una serie de patrones de conducta adaptativos que mejoraron sus posibilidades de sobrevivir. Uno de estos instintos es la preferencia por paisajes en los que haya agua, caza, árboles a los que trepar si se acercan los depredadores, etc. Esa es la razón por la que los paisajes elegidos en los distintos países en la encuesta de Melamid & Komar son tan semejantes entre sí.
Evidentemente no todas nuestras conductas son adaptativas en términos de la evolución. Usar palillos o tenedor es un subproducto no funcional de la cultura. Pero ¿podría ser el arte un producto genuinamente adaptativo?. Muchos teóricos, como el biólogo Stephen Jay Gould o el psicólogo evolutivo Steven Pinker, opinan que no, que el arte es el residuo tóxico que implica el tener un cerebro demasiado grande.
Dutton, sin embargo, está convencido de que la creación artística fue esencial para la supervivencia de la especie. Uno de los atributos más relevantes del ser humano es el lenguaje. Necesitamos historias para aprender del pasado, explorar el futuro e interpretar el presente. A través del arte acumulábamos información y reforzábamos la cohesión del grupo. La ficción literaria, que tuvo su origen en los mitos, cumplía de una función genuinamente adaptativa.
Por eso, todas las narraciones de la historia comparten una serie de temas comunes cuyas raíces se remontan a los tiempos de las cavernas: «vencer al monstruo», «de la pobreza a la riqueza», «viajes», «comedias», «tragedias», «renacimiento» y «rebelión». La literatura contemporánea, al alejarse de estos arquetipos que recorren la literatura de Homero a Dostoievski pasando por Shakespeare, ha cometido el mismo error que el arte contemporáneo.
Los videojuegos, por su parte, no son, como algunos pretenden, un avance sin precedentes en el ámbito de la ficción, sino una recuperación por otros medios de estos arquetipos inmemoriales.
En definitiva, según Dutton, no todo vale en el campo del arte. Existen una serie de aspectos sancionados por la evolución que no pueden obviarse. En la obra de arte han de estar involucrados placer, habilidad, estilo, novedad, imitación de la realidad, individualidad expresiva, desafío intelectual, experiencia imaginativa, shock emocional y, por último, belleza.
¿Qué puede aportar la teoría de la evolución al significado de la belleza? Si nos remontamos a la teoría de la selección sexual de Darwin los machos de la especie detectan que una hembra puede ser una buena pareja reproductora si posee una proporción entre cintura y cadera semejante a una botella de Coca Cola. Si fe fijas bien, los criterios fijados por Dutton se cumplen en este Desnudo rojo de Modigliani.
Cabe mencionar que ocurre aquí exactamente lo contrario de lo que proponía Kant en su teoría estética. Según el autor de La crítica del juicio arte es solamente aquello que podamos contemplar desinteresadamente y este no es el caso.

Cierro la reseña con una cita que creo resume bastante bien las ideas de Dutton:
«…si bien es cierto que la cultura sanciona y se habitúa a una amplia variedad de gustos estéticos, eso no significa que la cultura pueda darnos la capacidad de apreciar o de que nos guste cualquier cosa. Y a la inversa, eso no significa que si en el futuro ningún cartero se dedica a silbar una de las escalas atonales de Schoenberg, la razón tiene que ser que la cultura del cartero le haya impedido disfrutar de la oportunidad de apreciar las bellezas de la atonalidad. La naturaleza humana, según insiste la estética evolutiva, plantea límites a lo que la cultura y las artes pueden acometer dentro de la personalidad humana y sus gustos. Los hechos contingentes relacionados con la naturaleza humana no sólo nos aseguran que ciertos aspectos de las artes serán difíciles de apreciar, sino también que apreciarlos puede resultar imposible.» (p. 282)
Existe, pues, el Santo Grial, una forma universal de arte que comparten todos los pueblos de la tierra, una Idea platónica que no se encuentra en el mundo de las Ideas sino inscrita en nuestro código genético por obra y gracia de la selección natural.
Me parece una conclusión maximalista que no comparto en absoluto. Las ideas de Dutton son el fruto de aplicar la Sociobiología más rancia a un terreno sutil, delicado y en medio de una transformación radical como es la Estética. El discurso de Dutton es posible que sirva para confundir a adolescentes o entretener la sobremesa pero está bastante lejos de descubrir las claves de lo que entiendo por arte y belleza. Así que, o Dutton yerra el tiro o yo soy alienígena, lo cual, por otra parte, bien podría ser cierto 🙂
Saludos Eugenio:
Coincido contigo en que las opiniones de Dutton siguen un patrón lleno de » tópicos «. Insisto en que existe una necesidad, desde la prehistoria, de dotar a la materia de una «fuerza invisible». La primera ofrenda, sospechosamente cargada de fuerza hierofánica, pudo ser un cuchillo de sílex, pintado, hallado en Atapuerca. Comparto un sentido » sensible del ser » hacia las proporciones y la armonía. La Estética recorre un plano » superior «, que se intuye pero precisa ser representado
en el discurso. Mi pasión es el pricipio de la manifestación plástica ( ya hiciste un comentario sobre un video realizado en una caverna ) Negar que el ser humano llena su discurso con una creación plástica, y que varíe con el paso del tiempo…crea ese complejo de élite, tan cercano a las desproporcionadas diferencias que se establecen en nuestra sociedad de hoy.
Es interesante apuntar, que el muchacho que sale, huye de la pintura…sufre una enfermedad tiróidea. Sus ojos no están forzados, como en un juego de intensificar el acto de huir. Es evidente que más allá del sentido práctico del » urinario «, están todos los discursos posteriores al hecho de pasar a ser una Obra de Arte.
Francisco.
Una crítica a la teoría de Danto:
Danto, ese sabio
http://www.margencero.com/almiar/arthur-danto/
Una exposición que no es capaz de explicar las obras realizadas durante cuarenta mil años no puede ser considerada una teoría artística, esa teoría es radicalmente falsa
Aunque las teorías sobre el arte y otros asuntos estén elaboradas por titulados, muchas veces yerran y lo hacen porque son ellos quienes están condicionados por las imposiciones sociales. Se no pone este ejemplo:
Para expulsar a las palomas del alféizar de su despacho, Dutton colocó una serpiente de juguete. A pesar de no existir ese peligro en Nueva Zelanda, las palomas huían presas de terror al percibir una forma semejante. Esta es una conducta instintiva, inscrita en su ADN, fundamental para su supervivencia.
Pues bien con el mismo fin, yo he puesto un CD colgado del techo del balcón y las palomas no han vuelto. No tienen el código inscrito en su ADN del peligro de un CD, simplemente no se acercan a un lugar ya ocupado.
Tendrán muchos títulos pero a la hora de interpretar actúna como el hombre de a pie.
La validez de la teoría de Danto es dada por que, finalmente, parece tener razón en sus conclusiones.
Por supuesto que han pasado veinte años desde que se publicó la teoría historicista de Danto, así que la mayoría de los artistas activos en aquella época siguen hoy en día produciendo las mismas cosas, así que todavía es muy pronto para declararla válida e inválida.
En ése enlace, la crítica empieza bien y termina mal, la verdad. El ejemplo del ecce homo es pésimo, mal traido y mal analizado.
No estoy de acuerdo con Danto, pero tampoco con Dutton, en eso coincido contigo. Tengo el libro y fue una gran decepción cuando me encontré con conclusiones de sociobiología, si lu hubiera comprado en librería con solo hojearlo me habría evitado su lectura.
Sin embargo esas explicaciones burdas siguen teniendo adeptos. En un nivel mucho más modesto, perdona la autocita, esto es lo que contesté tras ver cierto documental.
https://hesperetusa.wordpress.com/2014/12/21/el-arte-conceptual-de-las-gaviotas/
El documental está enlazado pero la BBC lo ha bloqueado en España.
Veamos cómo se explica el Señor Matías:
– La validez de la teoría de Danto es dada por que, finalmente, parece tener razón en sus conclusiones.
– Por supuesto que han pasado veinte años desde que se publicó la teoría historicista de Danto, así que la mayoría de los artistas activos en aquella época siguen hoy en día produciendo las mismas cosas, así que todavía es muy pronto para declararla válida e inválida.
Osea, que usted M. nos dice:
– Su teoría es válida porque “parece” tener razón”
– «Todavía es muy pronto para declararla válida o inválida.»
¿Se aclara o no se aclara? ¿Esa teoría es válida o no?
Danto no es capaz de dar una definición del arte, solo hace descripción, «ser sobre algo», «encarnar un significado». Eso no es resolver nada, es simular resolver algo. Y, como último recurso, coge el historicismo y le aplica al arte, y se acabó el problema, y hasta hay quien le aplaude con las orejas. Cuando el historicismo quede superado y cuestionado, adiós a su tesis.
Danto empieza diciendo que el arte empezó en el Renacimiento y acabó con las famosas cajas. En su teoría deja fuera más arte que el que estudia. Eso no es una teoría, pero es lo único que tienen la filosofía.