Por muy actual y poderoso que sea en muchos países, el viejo fascismo ya no es el problema de nuestro tiempo. Se está instalando un neofascismo en comparación con el cual el antiguo quedará reducido a una forma folklórica (…) En lugar de ser una política y una economía de guerra, el neofascismo es una alianza mundial para la seguridad, para la administración de una ‘paz’ no menos terrible, con una organización coordinada de todos los pequeños miedos, de todas las pequeñas angustias que hacen de nosotros unos microfascistas encargados de sofocar el menor gesto, la menor cosa o la menor palabra discordante en nuestras calles, en nuestros barrios y hasta en nuestros cines.
Gilles Deleuze, febrero de 1977
[ Dos regímenes de locos. Textos y entrevistas (1975-1995). Valencia: Pretextos, 2007, p. 133]
El neofascismo no es la molesta resurrección del viejo fascismo nacionalista que, actualmente, se da en toda Europa. Sus atractivos electorales son el cierre de fronteras, la unidad nacionalista y la fobia LGTBI.
El neofascismo, el peligroso, ya gobierna en todo el mundo. Es «una alianza mundial para la seguridad» surgida del 11/S. Detecta y manipula todos nuestros pequeños miedos y angustias para convertirnos en unos microfascistas. El neofascismo usa los social media (Google, Facebook, Twitter…) y es muy efectivo para mantener el status quo a nivel global.
Creo que eso sería una actualización adecuada del texto de Deleuze. Corrígeme si me equivoco. Me parece bastante convincente. Y a ti?
¿Podrías indicarnos la fuente bibliográfica de esta interesantísima cita de Deleuze? Me gustaría proponerla como texto para comentar en las clases de filosofía de 1º de Bachillerato. Gracias.
Alejandro
IES Josep Lluís Sert (Castelldefels – Barcelona)
Es la contraportada del libro que estoy leyendo.
Gilles Deleuze: Dos regímenes de locos. Textos y entrevistas (1975-1995). Valencia: Pretextos, 2007.
El artículo concreto es «El judío rico» (pp. 131-133). Es una reseña publicada en Le Monde el 18 de febrero de 1977 sobre la película de Daniel Schmid La sombra de los ángeles. Al parecer la película fue censurada por no ser políticamente corrrecta en su tratamiento del antisemitismo.
El libro es interesante: algunos artículos más divertidos que otros, la verdad. Me están gustando especialmente los críticos: el ataque al psicoanálisis o a los nuevos filósofos que reniegan del 68.
Saludos.
Hace poco terminé de leer «El miedo a la libertad» (E. Fromm). En cierto modo no dista demasiado de la cita de la entrada.
Por otra parte tengo que decir que estoy especialmente encantado con este blog. Las referecias a la violencia o al psicoanálisis (entre otras cosas) me resultan especialmente llamativas por no ser lasmás frecuentes en los blogs de filosofía. Para mí son temas muy próximos.
Espero no haberme «columpiado» demasiado.
saludos.
Lo que más me sorprende de este libro de Deleuze es que algunos de sus textos parecen estar escritos hoy. Es impactante.
Por ejemplo, el de arriba, cuando dice «alianza mundial para la seguridad, para la administración de una ‘paz’ no menos terrible, con una organización coordinada de todos los pequeños miedos, de todas las pequeñas angustias que hacen de nosotros unos microfascistas» me parece que está describiendo el proceder de la Administración Bush.
Otro ejemplo, sobre los palestinos, «Los combatientes palestinos proceden de los refugiados. Israel pretende vencer a estos combatienes produciendo miles de nuevos refugiados, de los que nacerán nuevos combatientes» y pienso en la invasión de Gaza pero es de 1978.
Otro, «Lo que nos amenaza es una suerte de lobotomía de la enseñanza, de los docentes y de los discentes» y pienso en la LOE y Bolonia pero es de 1979.
Me alegra que te guste el blog. El mal (la teodicea) y el psicoanálisis son temas que me preocupan especialmente. También Deleuze tiene mucho que ver: el análisis que hace de las cartas a Blynbergh de Spinoza o la crítica al psicoanálisis del antiEdipo son textos clave
Saludos bluesman.
Buen ejemplo del verdadero uso que tiene la policía.
Parecemos condenados a un eterno retorno de lo peor. Eterno retorno de la impotencia, de las interpretaciones predeterminadas, eterno retorno de la mediocridad. Cada día. Si uno fuera una excepción, al menos restaría el inane consuelo de saberse elegido para una cruzada ilustrada, para una buena nueva que ni sería tan buena ni tan nueva: el consuelo de una nueva dominación efectiva gesticulada como libertad y liberación, parodia platónica de la Idea y medida consiguiente de la distancia extraviada.
Eterno retorno de lo mismo (me da igual ahora para el caso la fidelidad a la literalidad y las exégesis). Primero como tragedia, después como farsa. Farsa de la farsa. Si algún historiador futuro acabara aquí, decidle: esta época: farsa de farsas. Farsa trágica. Fantasmas y simulacros klossowskianos. Hiperrealidad baudrillardiana. Lo que sea. Hay para todos. Cualquiera puede hacer una presentación degradada del situacionismo y de Debord y ahorrarse el riesgo psicológico implicado en el esfuerzo por actualizar su legado, buceando en los transfondos velados de la realidad. Una alianza entre la sociedad del espectáculo enajenadora del ser-lingüístico, con la enajenación del ser-en-el-mundo que conlleva, y la estructura existenciara de los días, parecen converger en una inmovilidad psicólogica simultánea al caos que vive. El día de la marmota. Decía esto de la enajenación del ser-lingüístico, con resonancias de «la política que viene» y de las resistencias que habrán de nacer si nacen, con el recuerdo del final de ‘Medios sin fin’ de Agamben en la cabeza.
No sé por qué he escrito todo esto. Ha sido a raíz de esa sorpresa por ti expresada ante la incólume contemporaneidad de algunos textos de Deleuze. Si recopiláramos la producción intelectual del movimiento obrero de todos los países, encontraríamos textos que nos dejarían perplejos. He tenido ocasión de leer fragmentos de ‘El concepto de lo político’ de Schmitt y otro tanto.
No somos más grandes que el tiempo al que pertenecemos. Aquellos cuya grandeza no cabía en el presente con el que fueron a dar, sobreviven en una clandestinidad fantasmal, no menos condenados al olvido que el más mezquino de sus coetáneos. Somos por casualidad, pero no hemos aprendido como especie a cuidar de esta sagrada contingencia y darle una vida como se la merece, con sus vacuolas de no-comunicación que decía Deleuze, sus sin-tiempo, su absoluto local, sus éxtasis simbióticos, sinérgicos. Tan frágiles como un conejo, tan al borde de la extinción como el lince al cual a ella abocamos, en cambio.
Colapsos energéticos, sobrepoblación y una elite mundial de sociópatas. Lo que viene. Mientras, la psicosis y la neurosis recorren desde abajo las casas de Occidente, de ese Occidente encantado de haberse conocido, tumbado a la bartola sobre una montaña de cadáveres desde hace siglos. Elite y commoners, son los términos que un informe reciente no sé si de la NASA o de la NSA empleaba. Leí que el parlamento alemán informó altruistemente a los medios de lo fácil, rápido y eficaz que sería un holocausto con los recursos de hoy, desplegando un pormenorizado análisis.
Escribo esto movido por una finalidad que desconozco, como el arrebato de un soliloquio en mitad de la calle con la mirada perdida.
Por último, unas palabras extraídas de ‘¿Qué es la filosofía?’:
«Son velocidades infinitas que se confunden con la inmovilidad de la nada incolora y silenciosa que recorren, sin naturaleza ni pensamiento. Es el instante del que no sabemos si es demasiado largo o demasiado corto para el tiempo.»
Hola Nuthberg, que aportación tan magnífica. Muchísimas gracias. Por otro lado, estoy totalmente en sintonía con tus valoraciones.
Un abrazo.
Eugenio.
Gracias, otra vez.