Andreotti, el rostro perverso del poder

La película Il Divo (Paolo Sorrentino, 2008) examina los años de gobierno del líder de la Democracia Cristiana Giulio Andreotti. Nacido en 1919, fue Primer Ministro de Italia en tres ocasiones (72-73, 76-79, 89-92). Sus tácticas políticas son las de un heredero ejemplar de Maquiavelo. Se le acusa de haber alentado el caos terrorista y mafioso para debilitar a los partidos reformistas de izquierda y reforzar el inmovilismo del centro derecha. El ejemplo más conocido es el caso Aldo Moro. Secuestrado por las Brigadas Rojas en 1978 fue Andreotti quien tuvo en su mano hacer lo necesario para que fuese liberado. Sin embargo, hizo todo lo contrario. Su negativa a ceder ante las exigencias de las Brigadas Rojas tuvo como resultado la ejecución de Moro. Este sacrificio otorgó legitimidad a Andreotti, que con su firmeza se ganó el favor de la opinión pública. Esta tesis aparece en el extraordinario libro de Leonardo Sciascia El caso Moro y también en la película de Sorrentino . Andreotti fue acusado de corrupción por haberse apoyado en la Mafia para ganar las elecciones que le llevaron varias veces al poder. Fue absuelto de todos los cargos en 2003.

Hay una breve escena de apenas dos minutos en Il divo en la que Andreotti confiesa sus crímenes y los justifica en un monólogo memorable. Afirma que es necesario «perpetuar el mal para garantizar el bien». Aquellos que defienden la Verdad a toda costa deben ser silenciados porque su obsesión significa el caos y la destrucción del orden social. Y termina «Debemos amar mucho a Dios para entender cuan necesario es el mal para lograr el bien. Dios lo sabe, yo también lo sé.» Observa también esta reciente viñeta de El Roto. Aquí tienes la escena y una traducción aproximada de las palabras de Andreotti.

Livia, fueron tus ojos los que me encandilaron al caminar una tarde en el cementerio de Verano. Elegí ese extraño lugar para pedirte matrimonio. ¿Recuerdas? Sí, ya sé, lo recuerdas. Esos ojos inmensos y limpios no sabían, no saben, ni sabrán. No tienen idea de los hechos que el poder debe cometer para asegurar el bienestar y el desarrollo del país. Por demasiado tiempo ese poder fui yo. La monstruosa e impronunciable contradicción: perpetuar el mal para garantizar el bien. La monstruosa contradicción que me convirtió en un hombre cínico que ni tu podrías descifrar. Tus ojos inmensos, limpios y encantadores no conocen esa responsabilidad. La responsabilidad directa y la indirecta de todas las matanzas en Italia desde 1969 a 1984. Precisamente 236 muertos y 817 heridos. A todas las familias de las víctimas les digo que confieso. Confieso que fue mi culpa, mi culpa, mi mas dolorosa culpa. Lo diré, aunque no sirva de nada. Al caos para desestabilizar el país, provocar el terror para aislar a los partidos extremistas y fortalecer a los de centro como la Democracia Cristiana se la llamó la estrategia de tensión. Sería más correcto decir «estrategia de supervivencia«. Roberto, Michele, Giorgio, Carlo Alberto, Giovanni, Mino, querido Aldo, por vocación o necesidad todos amantes de la verdad. Todos bombas desactivadas por el silencio final. Y todos ellos pensando que la verdad era lo justo. Pero la verdad es el fin del mundo. No podemos permitir que se destruya el mundo en el nombre de lo que es justo. Tenemos un deber, un deber divino. Debemos amar mucho a Dios para entender cuan necesario es el mal para lograr el bien. Dios lo sabe, yo también lo sé.

Otra lectura muy interesante de  la historia reciente de Italia es la que hace Baudrillard en Cool memories. Allí afirma que la política italiana muestra el futuro de toda política: la desaparición del Estado, y su pervivencia como simulacro.

Estados Unidos tiene una fantástica capacidad de absorción de la violencia. Italia tiene idéntica capacidad de absorción del escarnio. Es una cualidad que proviene de su historia. La Mafia: sangriento escarnio del poder oficial, puesta en escena ritual de su liquidación: ópera popular. ¿Se desplomará el poder befado? En absoluto. Sigue balanceándose en la cuerda floja, de derecha a izquierda, como un elástico viejo. Sobrevive por la compasión que inspira. Nadie (salvo las B. R.) tiene ganas de darle muerte. ¡Qué sensatez luminosa! Porque la verdad de nuestras sociedades es que ya no pueden suprimir el mal y deben absorberlo. Ya no se puede encerrar la locura, hay que asimilarla. Hay que hacer trabajar las enzimas, no los revulsivos. Disolver, disolver, disuadir. En Italia, el poder se disuelve a sí mismo en los escándalos, en el estupro, en los compromisos históricos, pero con cierta cortesía, ofreciendo el espectáculo de su decadencia y de su recuperación. Pocas sociedades hay tan adelantadas.

Baudrillard, Jean: Cool Memories, p. 151

Ficha técnica de Il divo.

  1. Título: Il divo
  2. Título original: Il divo
  3. Dirección: Paolo Sorrentino
  4. País: Francia, Italia
  5. Año: 2008
  6. Fecha de estreno: 12/12/2008
  7. Duración: 110 min.
  8. Reparto: Toni Servillo, Anna Bonaiuto, Piera Degli Esposti, Paolo Graziosi, Giulio Bosetti, Flavio Bucci, Carlo Buccirosso, Giorgio Colangeli, Alberto Cracco, Lorenzo Gioielli
  9. Web: www.luckyred.it/ildivo
  10. Productora: Centre National de la Cinématographie (CNC), arte France Cinéma, Eurimages, Studio Canal, Ministero per i Beni e le Attività Culturali (MiBAC), Sky, Lucky Red, Film Commission Torino-Piemonte, Babe Film, Indigo Film, Parco Film, Regione Campania, Campania Film Commission
  11. Gran Premio del Jurado en el Festival de Cannes.

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