Milan Kundera: El telón

Milan Kundera: El telón. Ensayo en siete partes. Barcelona: Tusquets, 2005.

Continuación de El arte de la novela (Tusquets, Fábula). En ambos textos Kundera presenta de un modo sencillo y ameno los momentos clave del complejo fenómeno de la historia de la novela. Kundera afirma que la novela es un arte autónomo, liberador, capaz de sondear en las profundidades del ser humano. Sus fundadores son Rabelais y Cervantes. Por ello, a la naturaleza de la novela pertenece una voluntad transgresora que se continúa en la obra se Sterne, Dostoyevski, Musil, Kafka, Broch, Joyce… La novela, dice Kundera, ha de rasgar el telón del mundo que nos han dado preinterpretado, para abrir el camino hacia nuevas posiblidades.

Una de las ideas fundamentales que Kundera defiende en diversos lugares del libro es el carácter universal de la novela. No es una forma artística cuya naturaleza pueda explicarse recurriendo a la historia de la literatura de un determinado país sino que su historia salta necesariamente de un continente a otro. Por ejemplo, para entender las razones de Sábato hay que presuponer a Musil y a Broch, puesto que los tres renunciaron a la ciencia como camino único hacia el ser humano y optaron por la novela «como el ultimo observatorio desde donde podemos abarcar la vida humana como un todo» (p. 105). Decía Proust que «todo lector es, cuando lee, el propio lector de sí mismo» (p. 119). Es decir, la función de la novela no es el entretenimiento sino el conocimiento. Y el conocimiento no de cualquier cosa sino de nosotros mismos.

Ejemplo de esta capacidad de la novela para comprender los cambios que afectan al mundo es el análisis de la burocracia que llevaron a cabo Stifter y Kafka. Para el primero el sometimiento del mundo a la burocracia transforma al hombre en una pieza de recambio reemplazable en cualquier momento. Sin embargo, Stifter pensó que aún era posible huir al campo para escapar del Leviatán del Estado burocratizado moderno. Para desgracia nuestra, la victoria de la burocracia fue total y el sistema echó sus raíces en todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida. Así se refleja en las novelas de Kafka, El castillo y El proceso. Y más tarde en el análisis sociológico de Max Weber.

Este ensayo de Kundera es ameno y muy recomendable, especialmente como guía de lectura.

P.D.: A modo de curiosidad, resaltar la debilidad de Kundera por Rushdie al que suele citar como ejemplo de la deslocalización de la producción novelística.

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