Borges, Ficciones

Jorge Luis Borges
Jorge Luis Borges

Jorge Luis Borges nace en Buenos Aires en 1899. Habla inglés desde su infancia debido a la influencia de su abuela materna. Así descubre que Stevenson es una de las formas de la felicidad. En su adolescencia estudiará alemán por su cuenta para poder leer a Schopenhauer. En los años veinte viaja a Europa, reside en Ginebra, donde morirá en 1986. Viaja a España donde toma contacto con las vanguardias y conoce a su admirado Rafael Cansinos-Assens. Vuelve a la Argentina en 1923 y publica su primer libro de poemas Fervor de Buenos Aires. Entre 1935 y 1950 publica sus dos libros de relatos más importantes: Ficciones y El aleph. Sus ideas políticas, elitistas y antidemocráticas, lo dejaron sin Nóbel.

Ficciones es un conjunto de relatos dividido en dos partes tituladas El jardín de senderos que se bifurcan y Artificios. Vamos a seleccionar algunos de los relatos que son de especial interés para los temas filosóficos que nos interesan. El cuestionario se apoya en el espléndido libro de Juan Nuño, La filosofía en Borges, Madrid: Reverso ediciones, 2005.

El jardín de senderos que se bifurcan

  1. Tlön, Uqbar, Orbis Tertius
  2. Las ruinas circulares
  3. La lotería en Babilonia
  4. La Biblioteca de Babel
  5. El jardín de los senderos que se bifurcan
Artificios
  1. Funes el memorioso
  2. La forma de la espada
  3. La muerte y la brújula
  4. Tres versiones de Judas
  5. El Sur

Cuestionario para Historia de la Filosofía.

  1. El relato Tlön, Uqbar, Orbis Tertius sugiere que el idealismo filosófico es una teoría verdadera. Los filósofos que han defendido el idealismo de un modo radical han sido Berkeley y Schopenhauer. Busca información sobre sus teorías filosóficas y explica las razones por las que Borges los introduce en el relato.
  2. Cuenta Borges acerca de Uqbar que en un artículo de una enciclopedia inexistente se decía «Para uno de esos gnósticos, el visible universo era una ilusión o (más precisamente) un sofisma. Los espejos y la paternidad son abominables (mirrors and fatherhood are abominable) porque lo multiplican y lo divulgan». ¿Qué otros filósofos han defendido la idea de que el mundo es una ilusión? ¿Quiénes son los gnósticos?
  3. En Tlön el materialismo es herejía. Su defensa se apoya en la aporía de las nueve monedas. Explica su argumentación y su refutación.
  4. Al final del relato sobre Tlön dice Borges que «El contacto y el hábito de Tlön han desintegrado este mundo. Encantada por su rigor, la humanidad olvida y torna a olvidar que es un rigor de ajedrecistas, no de ángeles. Ya ha penetrado en las escuelas el (conjetural) « idioma primitivo» de Tlön; ya la enseñanza de su historia armoniosa (y llena de episodios conmovedores) ha obliterado a la que presidió mi niñez; ya en las memorias un pasado ficticio ocupa el sitio de otro, del que nada sabemos con certidumbre -ni siquiera que es falso-. Han sido reformadas la numismática, la farmacología y la arqueología. Entiendo que la biología y las matemáticas aguardan también su avatar… Una dispersa dinastía de solitarios ha cambiado la faz del mundo. Su tarea prosigue. Si nuestras previsiones no yerran, de aquí a cien años alguien descubrirá los cien tomos de la Segunda Enciclopedia de Tlön. Entonces desaparecerán del planeta el inglés y el francés y el mero español. El mundo será Tlön.» Explica el significado de este enigmático párrafo. ¿Puedes relacionarlo con 1984 de Orwell?
  5. Las ruinas circulares desarrollan el tema del mundo como sueño o ilusión. Busca una película titulada Nivel 13 (The 13th floor, Josef Rusnack, 1999) y encuentra las afinidades entre la película y el relato.
  6. Relaciona el relato Las ruinas circulares con el mito de la caverna de Platón.
  7. La loteria en Babilonia puede interpretarse a partir del falso sorteo mediante el que los gobernantes-filósofos cuidaban de la pureza de las razas en la República. Desarrolla esta comparación.
  8. La Biblioteca de Babel es una alegoría del Universo. ¿Qué se dice, por tanto, sobre el origen del Universo y del tiempo? ¿Podrías relacionarlo con Parménides?
  9. El jardín de los senderos que se bifurcan es una mezcla de relato policial y metafísico. ¿Qué hipótesis acerca de la naturaleza del tiempo se desarrolla en él?
  10. Relaciona el relato Funes el memorioso con la teoría de las ideas de Platón y la teoría del conocimiento de Aristóteles.
  11. ¿Por qué afirma Borges en Funes el memorioso que pensar significa olvidar, abstraer y que, por tanto, Funes es incapaz de pensamiento?
  12. En el relato La forma de la espada el narrador afirma que «cualquier hombre es todos los hombres» y se apoya en Plotino y Schopenhauer. Busca información sobre las razones y las consecuencias de esta teoría filosófica.
  13. El final de La muerte y la brújula propone un enigmático laberinto. Explica los orígenes filosóficos del mismo. Cuál es el papel de Zenón de Elea.
  14. Tres versiones de Judas desarrolla el interés de Borges por las disputas teológicas. Dos preguntas sobre este relato: ¿Quién fue Basílides y cuál su visión del mundo?
  15. ¿Por qué defiende el hereje Runeberg que Dios se encarnó en Judas?
  16. Resume el argumento del relato El Sur. Desarrolla una explicación filosófica de la trama.

Textos para comentar

Abundan los sistemas increíbles, pero de arquitectura agradable o de tipo sensacional. Los metafísicos de Tlön no buscan la verdad ni siquiera la verosimilitud: buscan el asombro. Juzgan que la metafísica es una rama de la literatura fantástica. Saben que un sistema no es otra cosa que la subordinación de todos los aspectos del universo a uno cualquiera de ellos.

Tlön, Uqbar, Orbis Tertius

El ebrio que improvisa un mandato absurdo, el soñador que se despierta de golpe y ahoga con las manos a la mujer que duerme a su lado, ¿no ejecutan, acaso, una secreta decisión de la Compañía? Ese funcionamiento silencioso, comparable al de Dios, provoca toda suerte de conjeturas. Alguna abominablemente insinúa que hace ya siglos que no existe la Compañía y que el sacro desorden de nuestras vidas es puramente hereditario, tradicional; otra la juzga eterna y enseña que perdurará hasta la última noche, cuando el último dios anonade el mundo. Otra declara que la Compañía es omnipotente, pero que sólo influye en cosas minúsculas: en el grito de un pájaro, en los matices de la herrumbre y del polvo, en los entresueños del alba. Otra, por boca de heresiarcas enmascarados, que no ha existido nunca y no existirá. Otra, no menos vil, razona que es indiferente afirmar o negar la realidad de la tenebrosa corporación, porque Babilonia no es otra cosa que un infinito juego de azares.

La lotería en Babilonia

También sabemos de otra superstición de aquel tiempo: la del Hombre del Libro. En algún anaquel de algún hexágono (razonaron los hombres) debe existir un libro que sea la cifra y el compendio perfecto de todos los demás: algún bibliotecario lo ha recorrido y es análogo a un dios. En el lenguaje de esta zona persisten aún vestigios del culto de ese funcionario remoto. Muchos peregrinaron en busca de Él. Durante un siglo fatigaron en vano los más diversos rumbos. ¿Cómo localizar el venerado hexágono secreto que lo hospedaba? Alguien propuso un método regresivo: Para localizar el libro A, consultar previamente un libro B que indique el sitio de A; para localizar el libro B, consultar previamente un libro C, y así hasta lo infinito… En aventuras de ésas, he prodigado y consumado mis años. No me parece inverosímil que en algún anaquel del universo haya un libro total;1 ruego a los dioses ignorados que un hombre -¡uno solo, aunque sea, hace miles de años!- lo haya examinado y leído. Si el honor y la sabiduría y la felicidad no son para mí, que sean para otros. Que el cielo exista, aunque mi lugar sea el infierno. Que yo sea ultrajado y aniquilado, pero que en un instante, en un ser, Tu enorme biblioteca se justifique.

La Biblioteca de Babel

Locke, en el siglo XVII, postuló (y reprobó) un idioma imposible en el que cada cosa individual, cada piedra, cada pájaro y cada rama tuviera un nombre propio; Funes proyectó alguna vez un idioma análogo, pero lo desechó por parecerle demasiado general, demasiado ambiguo. En efecto, Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol, de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado. Resolvió reducir cada una de sus jornadas pretéritas a unos setenta mil recuerdos, que definiría luego por cifras. Lo disuadieron dos consideraciones: la conciencia de que la tarea era interminable, la conciencia de que era inútil. Pensó que en la hora de la muerte no habría acabado aún de clasificar todos los recuerdos de la niñez.

Funes el memorioso

Desde un rincón, el viejo gaucho extático, en el que Dahlmann vio una cifra del Sur (del Sur que era suyo), le tiró una daga desnuda que vino a caer a sus pies. Era como si el Sur hubiera resuelto que Dahlmann aceptara el duelo. Dahlmann se inclinó a recoger la daga y sintió dos cosas. La primera, que ese acto casi instintivo lo comprometía a pelear. La segunda, que el arma, en su mano torpe, no serviría para defenderlo, sino para justificar que lo mataran. Alguna vez había jugado con un puñal, como todos los hombres, pero su esgrima no pasaba de una noción de que los golpes deben ir hacia arriba y con el filo para adentro. «No hubieran permitido en el sanatorio que me pasaran estas cosas», pensó.

Vamos saliendo -dijo el otro.

Salieron, y si en Dahlmann no había esperanza, tampoco había temor. Sintió, al atravesar el umbral, que morir en una pelea a cuchillo, a cielo abierto y acometiendo, hubiera sido una liberación para él, una felicidad y una fiesta, en la primera noche del sanatorio, cuando le clavaron la aguja. Sintió que si él, entonces, hubiera podido elegir o soñar su muerte, ésta es la muerte que hubiera elegido o soñado.

Dahlmann empuña con firmeza el cuchillo, que acaso no sabrá manejar, y sale a la llanura.

El Sur

4 comentarios en “Borges, Ficciones

  1. Hola, Eugenio. Mi duda no es que pueda ser resulta, ¿cómo es que Judas no es el malo de la historia, sino posiblemente el que debería llevarse las alabanzas de la doctrina? Me pareció caótico y lo que no entendí realmente, cómo es que, según los gnósticos, Dios necesitaba un sacrificio humano (Judas) para que la humanidad se diera cuenta de todo lo malo que habían hecho a la divinidad. No necesitarían hacer un sacrificio no-humano. No comprendí muy bien esa parte. Espero que se entienda mi pregunta.

    1. Hola Corina. Haberte detenido en uno de los temas favoritos de Borges demuestra que eres una buena lectora con mucha sensibilidad.

      1. Versión metafísica de Judas.

      La clave de la primera interpretación de Judas es la tesis gnóstica de que este mundo visible es el exacto opuesto del mundo inteligible. Es una traducción del Platón al cristianismo. Del mismo modo que se dio la mayor de las perfecciones cuando el Verbo se hizo carne (Jesús) tenía que darse la peor de las perversiones, el pecado más infame, la delación, en la persona de Judas. Judas sería así el opuesto necesario de Jesús y, por tanto, también responsable de nuestra salvación.

      Como dice Borges tan poéticamente:»El orden inferior es un espejo del orden superior; las formas de la tierra corresponden a las formas del cielo; las manchas de la piel son un mapa de las
      incorruptibles constelaciones; Judas refleja de algún modo a Jesús.»

      2. Versión moral de la interpretación de Judas.

      La clave de esta segunda interpretación es también una variante gnóstica. Para algunos de ellos la mejor manera de honrar a la divinidad era pecar lo más posible para que entre la suciedad de sus actos brillará más la luz divina. Judas, que pudo ser hombre santo, renuncia al bien y elige el Infierno, para que honrar a Dios.

      3. Versión final de Judas.

      La tercera interpretación nos lleva a Schopenhauer. La vida es intrínsecamente mala. Para redimirla el Creador debe sacrificarse y el peor sacrificio no son los dolores de la cruz sino la infamia del pecado. Dios es Judas.

      Hay más detalles y matices que intentaré ampliar en otro momento. Una recomendación: mi artículo sobre Valentín y Basílides.

      https://auladefilosofia.net/2008/10/26/el-gnosticismo-valentin-y-basilides/

  2. Gracias, Eugenio. Ahora lo leo. La verdad que echo de menos esas clases donde analizábamos algún que otro poema y conéctamos con el autor.

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