Simone Weil: Nota sobre la supresión general de los partidos políticos (1950)

simone weil nota general sobre la supresion de los partidos politicos

Simone Weil: Nota sobre la supresión general de los partidos políticos. Abel Vidal (tr.) Palma de Mallorca, J. J: de Olañeta editor, 2014.

Breve ensayo de la filósofa Simone Weil que bien puede aplicarse a nuestra triste realidad política cotidiana: partidos políticos y democracia parecen formar un oxímoron.

Afirma la autora que para que haya democracia deben darse dos condiciones que en su día ya fijó Rousseau: una, la expresión de la voluntad general no puede ir nunca acompañada por pasiones colectivas (la política no es fútbol), y, dos, el pueblo debe tener el derecho de expresar su opinión respecto a problemas concretos y no sólo a elegir representantes.

No es difícil darse cuenta cómo en nuestras democracias occidentales se practica justamente lo contrario: a los partidos les parece que el pueblo está solo para elegir líderes carismáticos y que cuando se pronuncia sobre cualquier otra cuestión lo hace teledirigido por pasiones colectivas que lo desautorizan. Y, tristemente, estas pasiones son «sistemática y oficialmente alentadas» por esos interesados tutores de los que hablaba Kant. No puedo evitar pensar ahora en los asuntos que llenan las tertulias televisivas: las elecciones catalanas, el uso torpe de Twitter…

La hipótesis de Simone Weil es que la democracia no acaba de cuajar por culpa de la naturaleza misma de los partidos políticos. Estos tienen tres características esenciales que no la dejan prosperar. Una, son máquinas de fabricar pasiones colectivas: la mayoría es del PSOE o del PP como lo es del Real Madrid o del Barcelona; dos, son organizaciones creadas para eliminar cualquier tipo de pensamiento alternativo entre sus miembros y, tres, el único fin de un partido político es su propio crecimiento sin límite. Si se suman las tres características se puede comprobar que «todo partido es totalitario en germen y en aspiración». Un partido está diseñado para buscar no el bien común, sino el poder total. El único límite a sus ambiciones es, naturalmente, otro partido.

La alternativa que propone Weil es dar al pueblo menos opiniones de tertulianos y más verdad y justicia, «perfecciones» que por sí mismas tienen el poder de «elevar el alma y de inundarla de luz».

——————————————————

Gracias a T. por la recomendación.

Deja tu comentario