Cocteau: Le testament d’Orphée (El testamento de Orfeo, 1959)

Con estas palabras comienza la última película realizada por el polifacético Jean Cocteau (1889-1963), El testamento de Orfeo.

La ventaja del cinematógrafo es que permite que un gran número de personas sueñen, juntas, el mismo sueño. Además, nos muestra, con el rigor del realismo, los fantasmas de la irrealidad. En suma, es un admirable vehículo poético. Mi película no es más que una sesión de strip-tease, que sustrae, poco a poco, mi cuerpo y revela mi alma desnuda. Porque existe un considerable público de la sombra, ávido de degustar algo más real que la realidad que será, un día, el signo de nuestros tiempos. He aquí el legado de un poeta a los sucesivos jóvenes que siempre lo han apoyado.

Cultivó todas las artes: fue escenógrafo, novelista, poeta, dramaturgo, cineasta y pintor. Siempre bajo la influencia del surrealismo y la adicción al opio. Su novela y su obra de teatro más conocidas son Los niños terribles (1929) y La voz humana (1930), respectivamente. Entre sus películas son muy recomendables  La sangre de un poeta (1930) y La bella y la bestia (1945).

En El testamento de Orfeo, Cocteau expone su manifiesto poético, su teoría estética, ante un tribunal que lo juzga por querer vivir más allá de la realidad humana, por querer tocar aquello que sólo está reservado a los dioses:

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Atiende además a las resonancias de El proceso de Kafka en la escena del juicio.

– Somos la comisión de un tribunal ante el cual habrá de responder por algunos de sus actos. El tribunal desea saber si se declara culpable o inocente. Proceda a la lectura de los hechos que se le incriminan. Uno, está acusado de inocencia, o sea, de atentar contra la justicia, por ser capaz y culpable de todos los crímenes y no de uno sólo, apto para cuadrar en una pena que depende de nuestra competencia. Dos, está acusado de querer penetrar en un mundo que no es el suyo. ¿Se declara usted culpable o inocente?

– Culpable en ambos casos. Reconozco que me acechan las faltas que no he cometido y reconozco haber querido saltar la misteriosa cuarta pared sobre la cual los hombres escriben sus amores y sus sueños.

– ¿Por qué?

– Por lo tedioso de este mundo y por rechazo a la rutina. También por la rebeldía que la audacia opone a las reglas y por poseer una naturaleza creativa, perfecta expresión del espíritu de contradicción propio al ser humano.

– Si he entendido bien, ¿hace usted de la desobediencia un sacerdocio?

Sin ella, ¿qué harían los niños, los héroes, los artistas?

– Sólo contarían con su buena estrella.

– No estamos aquí para asistir a una lid oratoria. Deje la flor sobre la mesa. ¿De dónde la ha sacado?

– Me la ha dado Cégestes.

– Ése es el nombre de un templo siciliano.

– También es el poeta de mi film «Orfeo». Primero, fue el nombre de un ángel de mi poema «El ángel Heurtebise».

– ¿Qué entiende usted por «film»?

– Un film es una fuente petrificante del intelecto. Un film resucita los actos muertos. Un film permite dar una apariencia real a lo irreal.

– ¿A qué llama «irreal»?

A aquello que supera nuestros límites.

-Así que existirían, en usted, individuos parecidos a un inválido adormecido y sin miembros, que sueñan que corren.

– Excelente definición del poeta.

– ¿Qué entiende usted por «poeta»?  El poeta, al componer sus poemas, se sirve de un idioma ni vivo ni muerto que pocas personas hablan, que pocas personas oyen.

– ¿Y por qué esas personas hablan ese idioma?

Para reunirse con sus compatriotas, en un mundo donde el exhibicionismo, que consiste en mostrar el alma desnuda, se ejerce ante un grupo de ciegos.

Ficha técnica

– Título original: Le Testament d’Orphée ou ne me demandez pas pourquoi!

– Director: Jean Cocteau

– Guión: Jean Cocteau

– Intérpretes: Jean Cocteau (le poète), Jean Marais (Œdipe), Maria Casarès (la princesse), François Périer (Heurtebise), Edouard Dermit (Cégeste),

– Escenario: Jean Cocteau

– Fotografía: Roland Pontoizeau

– Montaje: Marie-Josèphe Yoyotte

– Música:  Georges Auric, Martial Solal

– Producción: Jean Thuillier Yul Brynner (productor asociado)

– Género: Biográfico, Manifiesto poético.

– Duración: 77 min

– Estreno: 18 de febrero de 1960

Un comentario en “Cocteau: Le testament d’Orphée (El testamento de Orfeo, 1959)

  1. Dan ganas de coger una cámara y ponerse a rodar nuestros sueños. También de tomar un bolígrafo y escribir relatos lo más alejados de la realidad.

    Gracias por sus artículos.

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