Alfred Hitchcock nació en Londres en 1899. Fue educado dentro de una familia católica y le tocó sufrir la moral represiva de la época, lo que quizá explique su posterior afición al psicoanálisis. Perdió a su padre con quince años y su madre, un «sargento castrador» que prefigura el terrorífico personaje de Psicosis, se hizo cargo de la familia. A los veinte años empezó a trabajar en una pequeña productora de cine. De este modo aprendió el oficio desde abajo, haciendo los rótulos de las películas mudas y terminando como director. De su etapa inglesa cabe destacar Los 39 escalones (1935). Huyendo de la segunda guerra mundial emigra a EE.UU. Entre 1954 y 1960 rueda sus obras maestras: La ventana indiscreta (1954), Vértigo (1958), Con la muerte en los talones (1959) y Psicosis (1960). Tiene fama de haber sido extremadamente perfeccionista, maniático, tacaño y tiránico. Un caso típico de fijación anal. Se enamoró perdidamente de sus actrices y todas le dieron calabazas: Ingrid Bergman, Grace Kelly y Tippi Hedren. Siempre fue menospreciado por la crítica norteamericana que le acusaba de dedicarse al mero entretenimiento. Nunca ganó un Óscar. Sin embargo, en Europa, siempre fue aclamado como un gran innovador del lenguaje cinematográfico. Murió en Los Ángeles en 1980.
Psicosis, además de un tremendo éxito de taquilla, supuso una revolución en el lenguaje cinematográfico. El cine según Hitchcok es un libro espléndido en que el François Truffaut recoge las conversaciones que tuvo con Hitchcock a lo largo de de la década de los sesenta. En el capítulo dedicado a Psicosis, Hitchcock se detiene en dos aspectos técnicos fundamentales en la película:
- La primera parte de la película es un truco (Mcguffin) para apartar la atención del espectador y reforzar la sorpresa del asesinato. Cuanto mayor es el suspense y más detalles se muestran en torno a la fuga de Marion mayor impacto tiene el giro posterior de la trama. Hitchcock refuerza el truco dando a la actriz principal, a la estrella rutilante, el papel insospechado de víctima que desaparece a mitad de la cinta.
- Hitchcock aprovecha de forma perversa la identificación del espectador con la cámara subjetiva, con el narrador de la historia. Es habitual en el cine que el espectador se identifique con el héroe puesto que el suyo es el punto de vista sobre todos los sucesos. Sin embargo, en Psicosis, primero nos identificamos con una ladrona, a continuación con el asesino y, por último, tras simpatizar con el psicópata interpretado por Anthony Perkins, nos volvemos en su contra y ansiamos que lo detengan. El trayecto más logrado de esta montaña rusa de afectos es aquel en el que el Norman observa cómo el coche de Marion desaparece en el pantano. Cuando parece que no acaba hundirse, deseamos que lo haga. Y cuando lo hace sonreímos de satisfacción, al igual que Norman.
El rodaje duró siete días y tuvimos que realizar setenta posiciones de cámara para obtener cuarenta y cinco segundos de película. Para esa escena me habían fabricado un maravilloso torso artificial con sangre que debía brotar bajo la presión del cuchillo, pero no me serví de él. Prefería utilizar a una muchacha, una modelo desnuda, que servía de doble a Janet Leigh. De esta, no se ven más que las manos, los hombros y la cabeza. Todo el resto está hecho con la modelo. Naturalmente, el cuchillo no toca jamás el cuerpo, todo está hecho en el montaje. No se ve jamás ninguna parte tabú del cuerpo de la mujer, pues filmamos al ralentí ciertos planos para evitar recoger en la imagen los senos. Los planos rodados al ralentí no fueron acelerados después, pues su inserción en el montaje da la impresión de velocidad normal. (François Truffaut: El cine según Hitchcock, p. 263)
- Usó setenta posiciones de cámara para cuarenta y cinco segundos de película. Esto tiene que ver con su teoría de que para causar la impresión de violencia no hay que filmar la violencia en estado bruto sino cualquier cosa que produzca la sensación de violencia. «En Sabotaje, por ejemplo, cuando el muchacho está en el autobús, y ha dejado la bomba a su lado, cada plano en que se mostraba a la bomba estaba filmado desde un ángulo distinto, para dar vitalidad a esa bomba, para animarla. Si yo no hubiese mostrado la bomba constantemente desde el mismo ángulo, el público se habría habituado a aquel paquete.» (ibid., p. 253). Esta idea es congruente con no mostrar directamente la sangre sino mostrar el vientre de una bella modelo junto a un reluciente cuchillo. A esta observación creo que podrían añadirse los siguientes detalles. Hitchcock refuerza en varios planos la sensualidad de Janet Leigh, cuyas expresiones faciales mientras se ducha recuerdan mucho a las que se utilizan en una escena de cama. Al tiempo que distrae la atención refuerza subliminalmente la ligadura entre sexo y violencia.
- Considero que la escena está rodada pensando en mostrar cómo en el mismo acto se expresan las dos mitades de Norman. La banda sonora, que incluye no sólo la música de Bernard Herrmann sino también el sonido hiperrrealista de un cuchillo atravesando la carne, es el reflejo de los celos asesinos de la madre de Norman. Las imágenes, por su parte, se inclinan hacia las connotaciones eróticas del asesinato que funciona para Norman como un sustituto perverso de la relación sexual. Esto es un rasgo del genio absoluto de Hitchcock. Es increíble cómo aprovecha los medios del cine para, utilizando una sinestesia prodigiosa, mostrarnos el conflicto brutal y el solapamiento de las dos mitades opuestas de un solo ser: el instinto de vida (Norman) y el instinto de muerte (la madre de Norman).
Ficha técnica
- Director: Alfred Hitchcock
- Título original y año: Psycho, 1960
- Guión: Joseph Stefano basado en la novela de Robert Bloch
- Intérpretes: Anthony Perkins (Norman Bates), Janet Leigh (Marion Crane), Vera Miles (Lila Crane), John Gavin (Sam), Virginia Gregg-Jeanette Nolan-Paul Jasmin (Norma Bates, la madre de Norman, voz)
- Música: Bernard Herrmann
- Sonido: William Russell, Waldon O. Watson
- Maquillaje: Jack Barron, Robert Dawn
- Fotografía: John L. Russell
- Montaje: George Tomasini
- Vestuario: Theodore R. Parvin,Helen Colvig.
- Efectos especiales: Clarence Champagne
- Duración: 109 minutos.
- Blanco y negro.
Cuestionario para Filosofía y Psicología
1. François Truffaut comienza el capítulo dedicado a Psicosis con la siguiente frase: «Hemos comprobado que algunos films como Notorious, Vertigo, Psycho, parecen sueños.» Aprovechando esta idea, comenta al menos 4 de los siguientes fotogramas a partir de la simbología típica del psicoanálisis de Freud. ¿Puedes relacionar alguno de ellos con el clásico surrealista de Buñuel Un perro andaluz?







2. En la conversación de Norman y Marion en la oficina se transparenta repetidas veces la enfermedad mental de Norman. Descúbrela comentando las expresiones en negrita.
– Marion: Pero si has preparado la cena, nos la podemos comer.
– Norman: Estaremos más cómodos y más calientes en la oficina. Ha dejado de llover.
– Marion: Comer en una oficina es demasiado formal.
– Norman: Tengo un salón aquí.
– Marion: De acuerdo.
– Norman: Siéntate.
– Marion: Gracias. Eres muy amable.
– Norman: Es todo para ti. Yo no tengo hambre. Comes como un pajarito.
– Marion: Tú sabes de eso.
– Norman: En realidad, no. De todos modos, la expresión:»come como un pájaro» en realidad es…falsa. Porque los pájaros ingieren una gran cantidad de comida. En realidad no sé nada de pájaros. Mi hobby es disecar. Taxidermia, ¿sabes? Y supongo que prefiero disecar pájaros porque odio el aspecto de las bestias disecadas.Ya sabes, zorros, monos… Hay gente que diseca hasta perros y gatos, pero yo no puedo.Para mí sólo los pájarosquedan bien disecados porque son más pasivos, para empezar. .
– Marion: Es un hobby raro. Curioso.
– Norman: No muy común.
– Marion: Me lo imagino.
– Norman: No es tan caro como parece. En realidad es barato. Sólo agujas, hilo y serrín. Sólo los productos químicos son caros.
– Marion: Todo el mundo necesita un hobby.
– Norman: Bueno, es… Es más que un hobby. Un hobby se supone que hace pasar el tiempo, no lo llena.
– Marion: ¿Tan vacío está tu tiempo?
– Norman: Llevo la oficina y me ocupo de las habitaciones, le hago recados a mi madre, los que ella cree que soy capaz de hacer.
– Marion: ¿Sales con amigos?
– Norman: El mejor amigo de un chico es su madre. Nunca has tenido un momento vacío en toda tu vida, ¿ verdad?
– Marion: Los que me han tocado en suerte.
– Norman: ¿Adónde vas? No pretendía ser curioso.
– Marion: Estoy buscando una isla desierta.
– Norman: ¿De qué huyes?
– Marion: ¿Por qué me lo preguntas?
– Norman: No sé. La gente nunca huye de nada.La lluvia no ha durado mucho.¿Sabes lo que creo? Creo que…..todos estamos en nuestra propia trampa,inmovilizados,y ninguno de nosotros puede liberarse. Arañamos y damos zarpazos,pero tan sólo al aire o entre nosotros.Y después de todo, seguimos exactamente donde estábamos. A veces entramos en la trampa por nuestro propio pie. Yo nací en la mía. Y ya no me importa.
– Marion: Pues debería. Sí que debería importarte.
– Norman: Me importa, pero digo que no me importa.
– Marion: Si a mí alguien me hablara como he oído…..como ella te ha hablado a ti…
– Norman: A veces, cuando me habla así,me gustaría subir ahí arriba e insultarla, y marcharme para siempre. O al menos enfrentarme a ella.Pero sé que no puedo. Está enferma.
– Marion: Por la voz parecía fuerte.
– Norman: No, quiero decir enferma. Tuvo que criarme ella sola después de que muriera mi padre. Sólo tenía cinco años y fue difícil para ella. No tuvo que ir a trabajar. Él nos dejó un poco de dinero.De todos modos, unos años después, mi madre conoció a un hombre y él la convenció para que construyera este motel.La hubiera convencido de cualquier cosa.Cuando él también murió,fue un golpe demasiado grande para ella. Además, la forma en que murió… No es para contarlo mientras uno come. El caso es que fue una gran perdida. No le quedaba nada.
– Marion: Excepto tú.
– Norman: Un hijo no sustituye a un amante.
– Marion: ¿Por qué no te vas?
– Norman: A una isla desierta, ¿como tú?
– Marion: No, no como yo.
– Norman: No podría hacerlo. ¿Quién cuidaría de ella? Estaría sola ahí arriba.El fuego se apagaría. Estaría todo frío y húmedo como una tumba. Si quieres a alguien,no le haces eso. Ni siquiera aunque lo odies. Entiéndeme, yo no la odio.Odio en lo que se ha convertido.Odio su enfermedad.
– Marion: ¿No sería mejor si la internases en algún sitio…?
– Norman: ¿Quieres decir en un sanatorio? ¿En un manicomio? La gente siempre llama a los manicomios »algún sitio». lnternarla en algún sitio.
– Marion: Lo siento, no quería que sonase tan inhumano.
– Norman: ¿Tú qué sabrás de humanidad? ¿Has visto cómo es alguno de esos sitios? Las carcajadas y las lágrimas, y unos ojos despiadados analizándote. ¿Mi madre allí? Pero si es inofensiva. Es menos peligrosa que uno de esos pájaros disecados.
– Marion: Lo siento. Sólo me dio la impresión… Parece que te está haciendo daño. Sólo quería ayudar.
– Norman: La gente siempre quiere ayudar. Chasquean la lengua, menean la cabeza y lo sugieren con mucha delicadeza…
– Marion: Claro, yo también lo he sugerido.
– Norman: Pero la sola idea me repugna. Me necesita. No está loca…No es una demente. Sólo se vuelve un poco loca a veces. Todos nos volvemos un poco locos a veces. ¿Nunca te ha pasado?
– Marion: A veces una sola vez es suficiente. Gracias, Norman.
– Norman: No irás a… No te vas a acostar ya, ¿no?
– Marion: Estoy muy cansada.Y mañana tengo que conducir un buen trecho de vuelta a Phoenix. Me he metido solita en una trampa por allí, y quiero volver y tratar de liberarme de ella. Antes de que sea demasiado tarde.
– Norman: ¿Seguro que no puedes quedarte un ratito más? ¿Sólo para hablar? Me gustaría, pero… Está bien.Te veré por la mañana.Te traeré algo para desayunar.¿A qué hora?
– Marion: Muy temprano. Al amanecer.
– Norman: De acuerdo, señorita…
– Marion: Crane.
– Norman: Crane, eso es.Buenas noches.
3. La explicación final del psiquiatra sobre el caso de Norman Bates.
- Busca información sobre el trastorno de identidad disociativa, la esquizofrenia (falsa doble personalidad) y la paranoia.
- ¿En qué sentido utiliza Norman el mecanismo de defensa de la negación?
- Comenta la explicación del psiquiatra sobre el caso de Norman Bates a partir de lo que has aprendido sobre el complejo de Edipo. Fíjate en las expresiones en negrita.
– Simon: Ya he dicho que fue la madre. Ahora bien, para comprender cómo puede haber confesado la madre, es decir, la mitad mental que domina a Norman, habrá que retroceder diez años. A cuando mató a su madre y al hombre que vivía con ella. Entonces estaba ya bastante perturbado. Lo estaba desde que murió su padre. Su madre era autoritaria, una mujer absorbente. Durante años vivieron como si nadie más existiera. Ella conoció a un hombre. A Norman le pareció que aquella amistad lo postergaba. Y en un arrebato de celos mató a los dos. El matricidio es probablemente el crimen más monstruoso que existe. Y quien lo comete se hace despreciable. De modo que él intentó borrar aquel crimen, al menos de su mente. Y robó el cadáver. Se enterró un ataúd lastrado. Escondió el cadáver en su casa. Y trató de conservarlo tan bien como pudo. Pero eso no le bastaba. Aunque ella estaba allí no era más que un cadáver. Y entonces empezó a sentir y hablar por ella. Le dio la mitad de su vida, por así decirlo. Algunas veces sostenía ambas personalidades y sostenía conversaciones y otras veces le dominaba la mitad materna. Nunca fue del todo Norman. Pero a menudo era enteramente su madre. Siempre estuvo patológicamente celoso de ella y pensaba que ella lo estaba de él de tal modo que en cuanto sentía una fuerte atracción hacia una mujer se alborotaba su lado materno. Cuando conoció a su hermana, se sintió atraído por ella, excitado, la deseó. Eso despertó los celos maternos. Y la madre la asesinó. Después de matarla para Norman fue como si despertara de un sueño. Y con la sumisión de un niño hizo desaparecer las huellas de aquel crimen que él estaba convencido que había cometido su madre.
– Sam: ¿Y por qué iba vestido de aquel modo?
– Fiscal del Distrito: Es un travestido.
– Simon: No, no es eso. Travestido es la persona que pretende distraer o conseguir golpes de efecto vistiendo ropas diferentes. Por lo tanto, Norman no lo es. Él se vestía de aquel modo porque así contribuía a conservar la ilusión de que su madre seguía viva. Y cuando la realidad estaba próxima, cuando un peligro o un deseo iban a destruir su ilusión, se disfrazaba, se ponía incluso una peluca, paseaba, usaba el sillón de ella, imitaba su voz, quería ser su madre ¿comprende? Y ahora, ahora lo es. Por eso al empezar dije que su madre me contó la historia. En cualquier caso que la mente albergue dos personalidades, surge un conflicto, una batalla. En Norman, señores, la batalla terminó. Ha triunfado la personalidad dominante.
– Chambers: Los cuarenta mil dólares. ¿Dónde están?
– Simon: En el pantano. Fueron crímenes pasionales no lucrativos.
– Policía: Dice que tiene frío ¿le llevo esta manta?
– Simon: Está bien.
– Norman: Gracias.
– Madre de Norman. Voz en off. Es muy triste que una madre tenga que declarar contra su propio hijo. No podía permitir que creyeran que el crimen lo cometí yo. Ahora lo encerrarán. Debí hacerlo yo misma hace años. Siempre fue un malvado. Intentar hacerles creer que yo misma había asesinado a aquellas muchachas y aquel hombre. Como si pudiera hacer algo excepto estar sentada y observar igual que sus pájaros disecados. Ellos saben que no puedo ni mover un dedo. Ni quiero. Me quedaré aquí sentada. No haré un solo movimiento. Sospecharían de mí. Probablemente me vigilan. Que vigilen. Así se darán cuenta de la clase de persona que soy. No voy a matarte (mirando a una mosca posada en su mano). Tranquilízate. Seguro que me están vigilando. Mejor. Así dirán, «pero si no fue capaz ni de matar una mosca…»
4. Busca información sobre lo que es un Mcguffin y comenta el siguiente fotograma.

Bibliografía
- François Truffaut: El cine según Hitchcock. Ramón G. Redondo (tr.) Madrid: Alianza, 1998.
