Hoy empieza todo es un clásico del cine sobre educación del director francés Bertrand Tavernier (Lyon, 1941). La película gira alrededor de los graves problemas sociales que debe afrontar el director de un colegio situado en una zona deprimida. Las críticas a la administración educativa, los servicios sociales, los políticos y, en general, al aparato burocrático del poder son de una actualidad incontestable.
La escena de arriba es un buen ejemplo de cómo el poder retuerce el lenguaje y vacía de sentido las palabras:
Hágales ser autónomos. Es la base de la pedagogía moderna. Otra observación importante. No olvide anotar cada día con total precisión el objetivo pedagógico de cada actividad. La escuela pretende enseñar. Y así prepara la evaluación de cada niño.
La educación vive sometida, esclavizada por la barbarie burocrática y psicopedagógica. En los últimos quince años se han desmantelado todos los mecanismos democráticos que daban algo de vida al sistema educativo. Este ha terminado por convertirse, si no lo ha sido siempre, en un miserable Leviatán que se alimenta de la alienación sistemática de todos los que participamos en él.
La arbitrariedad del poder, que quiere borregos y no ciudadanos, desborda ya los límites de las pesadillas de Kafka. El último despropósito de la admnistración, un ejercicio obsceno de despotismo y tacañería, tuvo lugar el viernes 21 de enero de 2011: Muere un profesor en medio de su jornada laboral y la Consejería de Educación de Canarias prohíbe el obligatorio día de luto.
Ficha técnica
- Título original: Ça commence aujourd’hui
- Año: 1999
- Duración: 107 min.
- País: Francia
- Director: Bertrand Tavernier
- Guión: Dominique Sampiero, Tiffany Tavernier, Bertrand Tavernier
- Música: Louis Sclavis
- Fotografía: Alain Cloquart
- Reparto: Philippe Torreton, Maria Pitarresi, Nadia Kaci, Didier Bezace, Veronique Ataly, Nathalie Bécue, Emmanuelle Bercot, Françoise Bette
- Productora: Les Films Alain Sarde / Little Bear / TF1 Films Production
- Premios: 1999: Berlín: Premio de la crítica internacional
Qué terrible lo de ese instituto de Gran Canaria. Hace un año también falleció un compañero en un instituto de Rota, en Cádiz, en circunstancias muy similares. También en este caso la inspección quiso que al día siguiente se dieran clases como si nada. Los profesores se negaron y dedicaron el día a recordar a su compañero. Este tipo de «maltratos» a los que nos someten las administraciones educativas dan asco. No se puede decir otra cosa.
Hola Marta, totalmente de acuerdo.
No conocía ese otro caso de Cádiz. Gracias por añadirlo.
Un saludo.
Hola, Eugenio. Acabo de leer esta entrada y la noticia que la acompaña y me he quedado helado. Nada que añadir a tu comentario: el desprecio hacia nuestra labor rebasa con creces cualquier límite, en efecto. A veces tengo la impresión de estar inmerso en un mundo orwelliano. ¡Que asco da todo!
Un saludo.
Hola José Ángel, coincido con tus observaciones y te recomiendo vivamente la película de Tavernier. Es ese tipo de cine que nos hace mejores.
Un saludo.
Es muy insensible el caso…
Pero supongo que conlleva una enseñanza… muy dura y concisa: a la escuela se viene a concentrarse en estudiar. Tal vez piensen que cada clase vale oro, ser fuertes y concentrarse.
Pero sigue siendo insensible, el lazo entre maestr@ y alumn@ es muy bonito, yo me soltaria llorando al escuchar el nombre del maestro sustuto…
«La educación vive sometida, esclavizada por la barbarie burocrática y psicopedagógica». No puedo estar más de acuerdo. Me encuentro haciendo el máster de educación por la especialidad de filsoofía y no puede ser más aburrido por la cantidad de programaciones, unidades, etc. ¿No sería máss consecuente invertir el tiempo en trabajar las clases que vamos a dar? Un saludo don Eugenio.
A partir del curso que viene los alumnos saldrán del Bachillerato sin haber escuchado hablar de Platón ni de Nietzsche… Y probablemente nunca se crucen con la Filosofía.
Saludos.