
Virginie Despentes: Perras sabias. María José Furió (tr.) Barcelona: Anagrama, 1998.
Tras leer la impactante colección de ensayos breves que Despentes presenta en Teoría King Kong decidí enfrentarme también a sus novelas. Hasta el momento ha publicado tres: Fóllame (Mondadori, 1998), que llevó al cine en 2000 con el mismo título, Perras sabias y Lo bueno de verdad (Anagrama, 2001).
Perras sabias es una novela feminista en un sentido peculiar. Las protagonistas, prostitutas y trabajadoras de un peep-show, no son ni de lejos lo suficientemente sabias como para liberarse del terrible yugo de la dominación masculina, puesta en escena por chulos y psicópatas. Más bien son lo bastante estúpidas como para que su sumisión voluntaria al dominio masculino las lleve al desastre.
Las páginas centrales de la novela y, en mi opinión, también las mejores, narran en tono autobiográfico la brutal violación que padece la protagonista. Sin embargo, de la sabiduría de la máxima «ni en mi boca ni en mi culo ni en mi coño», la víctima pasa a enamorarse perdidamente del vándalo que la viola.
A la inversa de los relatos clásicos de Eva y Pandora, Despentes plantea una situación paradigmática opuesta: la perdición de la mujer es siempre y en todo caso la figura masculina. A ella están ligados todos los males, todas las catástrofes.
Mezcla de porno y novela policiaca escrita con un estilo directo y con un mensaje contundente.
