Esta es una conocida escena de Tristana, película de Buñuel inspirada en la novela homónima de Galdós. En ella Don Lope, personaje magistralmente interpretado por Fernando Rey, expone la teoría surrealista sobre el trabajo de la que Buñuel habla en sus memorias. El trabajo, categoría idolatrada tanto por Marx como por el pensamiento liberal, no es sino la explotación del hombre por el hombre. En el trabajo el hombre no se realiza, sino que se autodestruye.
El argumento de Tristana es sencillo: Don Lope, prototipo del hidalgo español, se hace cargo de Tristana, «hija natural», cuando esta queda huérfana. Es, por tanto, su hija, pero no tarda en convertirla también en amante. Con el tiempo, Tristana se harta del viejo Don Lope y se escapa con un pintor italiano. Sin embargo, tras unos años de felicidad vuelve a España presa de una grave enfermedad. Obsesionado con ella, Don Lope la acoge en su casa. Tras serle amputada la pierna, Tristana se casa con Don Lope y se venga del viejo lascivo.
Tristana supuso la vuelta a España de Buñuel tras el escándalo de Viridiana. La película está ambientada en Toledo y no en Madrid como en la novela de Galdós. En los años veinte Buñuel estudiaba en la Residencia de Estudiantes y solía visitar la ciudad. Tenía, dice, un «ambiente indefinible». En 1923 fundó la Orden de Toledo de la que se nombró a sí mismo condestable. De la Orden formaban parte Pepín Bello, Dalí, Jeanne (esposa de Buñuel), Alberti… Para acceder al rango de caballero había que «emborracharse por lo menos durante toda una noche y vagar por las calles. A menudo, en un estado rayano en el delirio, fomentado por el alcohol, besábamos el suelo, subíamos al campanario de la catedral, íbamos a despertar a la hija de un coronel cuya dirección conocíamos y escuchábamos en plena noche los cantos de las monjas y los frailes a través de los muros del convento de Santo Domingo. Nos paseábamos por las calles, leyendo en alta voz poesías que resonaban en las paredes de antigua capital de España, ciudad ibérica, romana, visigótica, judía y cristiana.» (L. Buñuel: Mi último suspiro, p. 83). Durante sus visitas a Toledo nunca dejaban de visitar la tumba del cardenal Tavera, esculpida por Berruguete y sobre la que se inclina sensualmente Catherine Deneuve. También aparece en la película el campanario de la catedral del que habla más arriba.
Otro tema filosófico sobre el que puede reflexionarse tras ver la película tiene que ver con las teorías de Freud. Desde la clásica simbología sexual, como el ponerle las zapatillas a Don Lope, hasta el intrincado Edipo en la relación entre Don Lope y Tristana. El sueño de Tristana en el que la cabeza de Fernando Rey hace de badajo para una enorme campana tiene múltiples e interesantes lecturas. Atracción sexual y hostilidad latente están perfectamente integradas en ese sueño.

Por último, es interesante que una vez vista la película se reflexione sobre la condición de la mujer durante el franquismo, la represión de la moral católica, el maltrato… Es un documento muy realista que nos puede ayudar a darnos cuenta de cuánto han cambiado las cosas y cuánto tienen aún que cambiar.
Ficha técnica de Tristana
- Dirección: Luis Buñuel
- Ayudante de dirección: José Puyol, Pierre Lary, Alvaro Lion
- Producción: Luis Buñuel, Robert Dorfman
- Guión: Luis Buñuel, Julio Alejandro
- Sonido: José Nogueira, Dino Fronzetti
- Fotografía: José F. Aguayo
- Montaje: Pedro del Rey
- Escenografía: Enrique Alarcón
- Reparto: Catherine Deneuve, Fernando Rey, Franco Nero, Lola Gaos, Antonio Casas, Jesús Fernández, Juanjo Menéndez
- País(es): España, Francia, Italia
- Año: 1970
- Duración: 96 minutos
- Compañías: Productora Época Films, Talía Films, Les Films Corona, Selenia Cinematográfica