Rafael Reig: Visto para sentencia. Barcelona: Caballo de Troya (Mondadori), 2008.

En Visto para sentencia Rafael Reig recopila los artículos de crítica literaria que ha venido publicando en El Cultural, suplemento del diario El Mundo, más algunos posts de su blog en Hotel Kafka.

Hacía muchísimo tiempo que no lo pasaba tan bien con un libro.

Aparentemente sus páginas no son más que una crítica ingeniosa del mercadeo editorial español, una gamberrada, una bufonada, una muestra soberbia de buen humor, cinismo y mala leche. No puedo parar de reírme cuando recuerdo la sentencia a José Antonio Marina, condenado a repetir el bachillerato, o a Paul Auster, obligado a posar con chándal y zapatos de rejilla o, en su defecto, con guayabera y pantalón milrayas.

Por las páginas de Reig desfilan los tres tenores (Goytisolo, Saramago y Fuentes), el bravo legionario Pérez Reverte, el plagiador impenitente Bryce Echenique o César Antonio Molina con sus extraños poemas. En definitiva, Reig pone al descubierto la vaciedad del simulacro cultural en que vivimos inmersos.

Pero no sólo por lo anterior merece la pena leer este libro. Hay más. Detrás de las críticas de Reig hay… felicidad, alegría, vida. Hay una forma de entender el mundo que nos devuelve a la infancia, a la ausencia de reglas y protocolos, a una inocente y feroz voluntad de verdad, al desprecio de las apariencias. Hay una advertencia clara contra el miedo y una llamada urgente a pensar por uno mismo.

Spinoza diría que este libro es uno de esos raros encuentros que aumentan nuestra potencia de existir.