Milorad Pavid: Pieza única. Dubravka Suznjevic (trad.) Madrid: Sexto Piso, 2007.
Milorad Pavic nació en Belgrado en 1929. Ha sido poeta, ensayista, traductor y profesor de literatura en la Universidad de Zagreb. Saltó a la fama con su primera novela, Diccionario jázaro (Barcelona: Anagrama, 1989), publicada a la edad de 54 años. Gracias a ella obtuvo el premio NIN, máximo galardón de las letras serbias. Su obra ha sido traducida a numerosos idiomas.
Diccionario jázaro es una novela más que innovadora, es explosiva. Pavic reconstruye la cosmogonía de un pueblo imaginario a partir de un vocabulario mítico donde todo está en relación con todo. Elaborada a partir de metáforas tan extrañas como seductoras el Diccionario jázaro reclama necesariamente más de una lectura. Del mismo modo que la obra de Faulkner o García Márquez remite a esa primera explosión creativa, ya sea Yoknapatawpha o Macondo, la novelística posterior de Pavic se funda en el conglomerado de dioses y demonios que se gestó en su Diccionario.
Al Diccionario jázaro le siguió otra novela soberbia Paisaje pintado con te (Barcelona: Anagrama, 1991). Sin embargo, comparada con la primera, puede admitirse que resulta excesivamente artificiosa.
A continuación ha publicado tres novelas que no soportan la comparación con las dos anteriores: La cara interna del viento, El ultimo amor en Constantinopla y Siete pecados capitales. Aunque Pavic se esfuerza en sorprendernos, el resultado final es inferior.
Llegamos, por fin, a Pieza única, su última obra, publicada, al igual que Siete pecados capitales, por la editorial Sexto Piso. Dentro de la novela, Pavic, en un ejercicio irónico de autorreferencia, redacta su propia contraportada:
¡¡¡NOVEDAD!!! ¡LA NOVELA PIEZA ÚNICA!
El escritor del Diccionario jázaro una vez más inventó para usted un juego literario nunca antes visto: ¡una novela-delta!»
Es una novela de amor, entretejida con un cuento de detectives que se ramifica en cien brazos y lo conduce hasta cien desenlaces diferentes. Cada lector obtiene su versión personal de la novela y su final particular de la historia.
¡Usted posee una PIEZA ÚNICA! ( Milorad Pavic: Pieza única, Cuaderno Azul, p. 60)
Nada que objetar, un resumen vocinglero y realista de lo que nos espera en el interior del libro.
Me gusta especialmente la cosmovisión que subyace a la historia de Pieza única: No existe orden en el mundo sino caos o azar. Ni la razón ni la ciencia propias del detective son capaces de otorgarle sentido. Si deseamos que el mundo nos abra su secreto debemos cambiar nuestra mirada. Si nos apartamos de la razón y la lógica, observaremos que el sentido del mundo está vinculado a fuerzas sobrenaturales, sueños, videntes y súcubos lascivos. En medio de esta locura intenta sobrevivir el protagonista, el inspector Eugen Stross, una triste marioneta que se autorretrata así:
Ante ese pefume y ese beso me sentí terrible. Totalmente prescindible e innecesario en el mundo. Y me di cuenta de quién soy. Soy aquel a quien otro le escupe en la palma de la mano cuando trabaja, y dentro del plato, cuando come. De un bolsillo mío crece el trigo, del otro la hierba, las lluvias caen a mi cazuela, y la nieve a mi cama. Soy aquel que se peina con un tenedor, aquel que siembra cuchillos y engorda los dientes, porque mis cucharas no crecen mientras como. Me dieron vino en una campana -si bebo, la campana no toca, si toca, yo no bebo… (Milorad Pavic: Pieza única, Cuaderno Azul, p. 58)
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