William Poundstone: El dilema del prisionero

William Poundstone: El dilema del prisionero. Madrid: Alianza Editorial, 2005.

Excelente introducción a esa rama de las Matemáticas llamada teoría de juegos descubierta por John Von Neumann en 1944. El autor, al tiempo que narra con devoción la atribulada biografía de Von Neumann, analiza los fundamentos de la teoría de juegos. Esta, en un principio, sirvió para investigar la conducta racional en la economía pero con el tiempo acabó extendiéndose a otros ámbitos tan espinosos como la estrategia militar. Además, dio lugar al hallazgo de una serie de comportamientos sociales paradójicos, entre ellos el dilema del prisionero, que apuntan a una preocupante irracionalidad inscrita en la naturaleza humana.

El dilema del prisionero puede explicarse recurriendo a una historieta bastante conocida. Imagínese que dos ladrones son capturados por la policía y retenidos en habitaciones separadas sin posibilidad de comunicarse entre ellos. La policía carece de suficientes pruebas para condenarlos a cadena perpetua si no se delatan el uno al otro. Para «motivarlos» se les ofrece un trato: «si denuncias a tu compañero quedas libre y a él le cae la perpetua». Pero el asunto tiene trampa: si ambos denuncian entonces cumplirán los dos diez años de cárcel. En el caso de que sean leales el uno con el otro y no se delaten sólo tendrán que pasar un año a la sombra. A cada preso se le informa de que el trato se les está ofreciendo a ambos y que tienen una hora para decidirse. Lo más probable es que piensen del siguiente modo: «si no denuncio y él me denuncia, cadena perpetua, demasiado riesgo, mejor denuncio, y cuanto antes mejor» Se ha comprobado experimentalmente que existe una clara tendencia a delatar al compañero a pesar de que la opción más razonable y útil es confiar y guardar silencio pues si ambos lo hacen obtendrán la mejor recompensa.

Tal y como se relata en Dr. Strangelove de Kubrick en los primeros años de la guerra fría Von Neumann y otros altos cargos de la administración del presidente Truman defendieron la guerra preventiva contra la Unión Soviética, esto es, un ataque nuclear antes de que ésta se hiciese con «la bomba». Apoyándose en un razonamiento semejante al que produce el dilema del prisionero decidieron que lo más racional era atacar antes de que el contrario pudiese responder. La mejor solución, pactar el abandono de las armas nucleares, era propia de pánfilos y filocomunistas.

A pesar de la reciente popularidad del dilema del prisionero gracias a la teoría de juegos, en realidad esta paradoja está presente en la literatura y la filosofía desde hace siglos. Léase, por ejemplo, este fragmento del Leviatán de Hobbes :

No hay para el hombre más forma razonable de guardarse de esta inseguridad mutua que la anticipación; esto es, dominar, por fuerza o astucia, a tantos hombres como pueda hasta el punto de no ver otro poder lo bastante grande como para ponerle en peligro. Y no es esto más que lo que su propia conservación requiere, y lo generalmente admitido. También porque habiendo algunos, que complaciéndose en contemplar su propio poder en los actos de conquista, los llevan más lejos de lo que su seguridad requeriría, si otros, que de otra manera se contentarían con permanecer tranquilos dentro de límites modestos, no incrementasen su poder por medio de la invasión, no serían capaces de subsistir largo tiempo permaneciendo sólo a la defensiva. Y, en consecuencia, siendo tal aumento del dominio sobre hombres necesario para la conservación de un hombre, debiera serle permitido Thomas Hobbes: Leviatán, capítulo XIII.

En mi opinión, un texto divulgativo de primer nivel escrito de un modo ameno y entusiasta.

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