Salman Rushdie: El suelo bajo sus pies

Salman Rushdie: El suelo bajo sus pies. Barcelona: Plaza & Janés, 1999.

Aunque algunos atribuyen el éxito de Rushdie al escándalo de la fatwa o condena a muerte promulgada desde Irán tras la publicación en 1988 de Los versos satánicos, estoy convencido, al igual que Kundera, de que Rushdie ha revitalizado como pocos el arte de la novela.

Creo que estoy en lo correcto además si digo que la fatwa no benefició para nada a su carrera literaria sino que la perjudicó de un modo irreversible. Las mejores novelas de Rushdie, Hijos de la medianoche, Vergüenza y Los versos satánicos, son previas a su condena a muerte. A partir de ahí, un largo período de silencio seguido por obras muy irregulares como Furia (2001), El suelo bajo sus pies (1999) o, su última novela, Shalimar el payaso (2006)

Se asemeja la evolución literaria de Rushdie a la de un árbol al que le hubiesen cortado las raíces. Supongamos que la novela es la forma de su arte narrativo y el mito, el fondo. La novela es el lugar de la síntesis, del puente entre las culturas de Oriente y Occidente. La fatwa supuso la expulsión de Rushdie del territorio donde se sitúa la fuente de su inspiración, Oriente. Rushdie sigue siendo un buen novelista pero ha perdido esa fuerza salvaje que emana del mito originario y que se respira en sus primeras novelas y que es comparable al García Márquez de Cien años de soledad.

Volvamos a El suelo bajo sus pies. Es una buena novela pero Rushdie, expulsado de Oriente, tiene que recurrir a nuevos mitos para darle vida. Rushdie fracasa porque los mitos del rock en los que se regodea El suelo bajo sus pies no son comparables a Las mil y una noches. Tampoco lo logra en Furia donde se sustituye el rock por la emergente Internet. De algún modo, la tragedia de los protagonistas es la del propio Rushdie: ha perdido el suelo bajo sus pies.

De todos modos en las novelas de Rushdie siempre se encuentran referencias culturales muy interesantes.

  • Jorge Luis Borges: El jardín de los senderos que se bifurcan.
  • Luis Buñuel: El ángel exterminador, El perro andaluz, Ese oscuro objeto del deseo.
  • Milan Kundera «cree, por el contrario, que nuestras vidas se componen de música. «Sin comprenderlo, la persona compone su vida de acuerdo con las leyes de la belleza, incluso en épocas de la mayor aflicción.» (p. 463)
  • El Bosco: Infierno
  • Remy Auxerre (¿alter-ego de Jean Baudrillard?): «Aquí está Rémy Auxerre, diciendo que la magnitud del fenómeno es producto del bucle de retroalimentación. En los tiempos anteriores a la comunicación de masas mundializada, aduce, podía ocurrir un acontecimiento, llegar a su apogeo y desvanecerse antes de que la mayor parte de la población de la Tierra tuviera siquiera conocimiento de nada. Hoy, sin embargo, la pureza inicial de lo que ocurre se ve sustituida casi instantáneamente por su televisualización. Una vez que está en la televisión, la gente no actúa ya, sino que interpreta. No sufre sencillamente, sino que interpreta el sufrimiento. No está creando un fenómeno a partir de sus deseos inmediatos puros, sino apresurándose a ser parte de un fenómeno que ha visto en televisión. Ese bucle es hoy tan apretado que es casi imposible separar el sonido del eco, el acontecimiento de la respuesta de los medios. De lo que Rémy insiste en llamar la inmediatización de la historia.» (p. 589) Esto me hace recordar los funerales del Papa.
  • Platón: El banquete. Crítica a la cobardía de Orfeo por querer salir vivo del Infierno. Símbolo de la debilidad del arte.
  • Kenji Mizogouchi: Ugetsu monogatari (Cuentos de la luna pálida) (1953)

2 comentarios en “Salman Rushdie: El suelo bajo sus pies

  1. En Arte también no olvidemos a Caravaggio. Preciso el rostro del maestro tenebrista en la portada de El último suspiro del moro.Felicitaciones por el sitio.

Deja tu comentario