Lorine Niedecker: Y el lugar era agua (2018)

Lorine Niedecker: Y el lugar era agua. Antología poética. Natalia Carbajosa (ed. y tr.) Eolas ediciones, 2018

¿Qué puedo decir de la poesía de Lorine Niedecker? Creo que quería depurar el lenguaje para desnudar el mundo. Sus poemas me deslumbran cuando deja reposar la cosa misma ante mis ojos con un uso ascético, minimalista del lenguaje. A pesar de las miserias de la vida cotidiana, fue siempre fiel a cierto misticismo para mantenerse a flote.

Fog-thick morning
I see only
where I now walk. I carry

my clarity

with me.

(p.98)

¿Qué puedo decir de la propia Lorine Niedecker? Poeta americana (1903-1970) de la escuela objetivista. Vivió de trabajos poco cualificados mientras se dedicaba a la poesía en secreto.

What would they say if they knew
I sit for two months on six lines
of poetry?

(p.80)

¿Qué puedo decir de esta edición de la poesía de Lorine Niedecker? Eolas ediciones y Natalia Carbajosa han hecho un excelente trabajo. El prólogo contiene la información biográfica necesaria para interpretar algunos poemas, la selección es representativa de las diferentes etapas y estilos de la autora, la traducción es fantástica y las eruditas notas a los poemas están reunidas en las páginas finales del libro.

My life by water

… thru birdstart

wingdrip

weed-drift

 

of the soft

and serious —

Water

(p. 167)

2 comentarios en “Lorine Niedecker: Y el lugar era agua (2018)

  1. Gracias por tu lectura, Eugenio, de Lorine Niedecker. Aunque siempre se la ha vinculado al imagismo y objetivismo de las vanguardias americanas, estoy totalmente de acuerdo con eso que dices de que «siempre fue fiel a cierto misticismo para mantenerse a flote». Yo también tengo esa sensación cada vez que la leo. También coincido contigo en que lo que más sobrecoge de su poesía es precisamente ese «ascetismo» en el lenguaje.

    1. Gracias a ti por la recomendación. Soy de los que necesita entrar en «modo poesía» de vez en cuando para sobrevivir. En uno de los poemas recuerdo que la madre se queja de que el marido sólo tiene botes que hacen agua mientras que la hija escribe y flota. La literatura como salvavidas. Así es como yo la experimento también.
      Un abrazo.

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