Marcos Sánchez Morocho: Platón en «Un mundo feliz» de Aldous Huxley

Marcos Sánchez Morocho

Platón en Un mundo feliz de Aldous Huxley

Profesor: Eugenio Sánchez Bravo. I. E. S. Valle del Jerte, Plasencia. 2º A. 2017-2018.

Platón en la República trata de explicar por qué los justos son más felices que los injustos y para ello lo adapta a un marco más comprensible. Lo hace en el contexto de la sociedad, pues no hay mejor forma para el ser humano de entender algo que verlo aplicado a su propia vida. De esta manera reflexiona primero sobre lo que es justo a través de la exposición de lo que en su opinión es la ciudad perfecta. Una sociedad utópica, que sirve a su vez a Platón para poder criticar las imperfecciones de la democracia ateniense de su época, culpable de la muerte de su maestro Sócrates. Lo mismo hace el escritor y filósofo inglés Aldous Huxley, en el siglo XX, en su libro Un mundo feliz; el cual tiene claras influencias de la ciudad ideal de Platón. Sin embargo, este lo hace desde el punto de vista de la sociedad moderna de Inglaterra en el siglo XX. Lo que significa la tecnificación de la ciudad del filósofo griego, la perfección.

El concepto sobre el que gira gran parte de la narración es la Idea de la Justicia, que es que cada clase haga lo que le es propio, es decir, cada uno se debe dedicar al oficio que le corresponde por su alma. Huxley toma esta idea y la adapta mediante la técnica. De esta manera todos los trabajadores nacen predispuestos para una clase. Tanto físicamente (por ejemplo, los epsilones son inferiores en esto pero capaces de adaptarse a condiciones de trabajo muy duras). Como psicológicamente, tratados desde la más temprana infancia con hipnopedia para predisponerles a ser felices en su trabajo y controlar su opinión acerca de las demás clases. Así la sociedad entera es justa, aunque en las descripciones de este proceso se observa el precio a pagar por esto, por ejemplo, cuando se describe la educación de los niños mediante condicionamiento operante. Se les dan descargas eléctricas al acercarse a los libros y se observa cómo se estremecen en gritos y llantos agudos, para hacer que odien los libros.

En Un mundo feliz la reproducción se ha separado del sexo, la prole es hecha en cubetas y la población no puede tener hijos de ninguna manera. Las mujeres usan múltiples métodos anticonceptivos y a los hombres se les hace estériles cuando aún no han nacido. Qué mejor manera de conseguir la natalidad deseada (número de las musas) y la eliminación de la familia, que mediante la industrialización. Esto permite al gobernante fabricar el número exacto de varones y mujeres, además de controlar la clase y por lo tanto aquello a lo que Platón tanta importancia, la mezcla de los mejores con los mejores.

La sociedad perfecta no se puede mantener unida y estable si entre la gente no existe un fuerte lazo de unión. Platón lo crea mediante la vida comunitaria y la eliminación de la familia, los guardianes son una gran familia ya que nadie conoce a sus hijos por el sistema de “bodas” y los niños son criados por nodrizas en su juventud. Adicionalmente se consigue la unión de los jóvenes mediante el juego en grupos grandes, lo que elimina el individualismo y le confiere a la juventud el sentimiento de la importancia de la sociedad. Esto se mantiene en la edad adulta con la vida en común y compartiendo la comida. Huxley toma esta idea y la copia, pues en este sentido su distopía es muy semejante, no existe la familia, los niños son educados para regirse por el sentido de sociedad y en la edad adulta tienen sexo con todos y acuden a numerosas reuniones sociales (orgías porfías, cines sensoriales, deportes).

Otra característica que ambas obras comparten es la eliminación del arte libre.  Platón censura y crítica a la mayoría de los poetas, escritores e incluso ciertos modos musicales, por ser nocivos para su sociedad y ensuciar las mentes de los jóvenes. En el mundo feliz el arte ya ha sido eliminado, solo queda un sucedáneo de este, los órganos de colores y perfumes, el cine sentido y la música sintética. Pero el arte no crea impurezas en el hombre, sino que si no existe arte que haga pensar, no hay problemas para el Estado.

Probablemente la mayor preocupación universal para el ser humano ha sido siempre la muerte. Un ser humano perfecto no debe tener miedo. Los guardianes de la república no consideran la muerte como algo que temer, sino que la aceptan y entienden que si en la guerra han luchado con valentía serán enterrados y venerados. En Un mundo feliz, la gente no teme a la muerte ni a la vejez, mueren siendo jóvenes de apariencia. Además, se dice que sus cuerpos tendrán un fin útil, porque la energía se produce gracias a sus restos en las grandes plantas generadoras, lo que les hace sentir que es algo beneficioso para la mayoría.

Al igual que Platón, Huxley expresa su opinión sobre la democracia, y puntualiza que los modos de gobierno no son puros, pues, por ejemplo, tras la aparente democracia de Un mundo feliz se esconde una dictadura, una tiranía impersonal e imposible de derrocar.

Una de las primeras cosas de las que se preocupa Platón por describir es las clases de la sociedad, y lo mismo hace Huxley. Entre las dos obras se observa un cierto paralelismo con respecto a los estamentos que forman la sociedad.

  • En la cúspide de ambas sociedades se encuentran aquellos que deben tomar decisiones, en la República los gobernantes o de alma de oro y en Un mundo feliz los alfas. Ambos son la clase más superior intelectualmente, unos son los únicos que han sido instruidos en esto, y otros son creados con este propósito, ser intelectualmente superiores y ordenar y controlar a la sociedad mediante propaganda, textos, educación…
  • Los guardianes, con alma argéntea, en la República son guerreros, pero en la nueva sociedad creada por Huxley no hay guerra ni conflictos de ningún tipo. Es un estado global, con la excepción de pequeños terrenos de salvajes, bárbaros que han sido conservados para poder observar el antiguo mundo. Los guardianes son reemplazados con los nuevos protectores de la sociedad: los betas y gammas, inteligentes, pero no tanto como los alfas. Tienen trabajos de administrativos y en fábricas, guardan la reproducción y la educación, por lo tanto, al igual que los guardianes la seguridad de la sociedad.
  • La clase trabajadora, de alma de bronce y hierro, deltas y epsilones. Una clase con la capacidad intelectual inferior a los demás, pero con una gran capacidad para trabajos duros y manuales. En una sociedad consumista y capitalista como la de Un mundo feliz, los obreros no tienen templanza por sí mismos, sino que se les da lo necesario para que sobrevivan. Por ejemplo, ya en el estado de embrión se les hace adaptarse a temperaturas extremas al pasar mediante una cinta de calor con ciertos intervalos de frío, para aquellos que trabajarán en la siderurgia.

Ambos autores, aunque de manera contraria, expresan como el consumo de lujos excesivos hace a los ciudadanos centrarse en estos, Platón critica el lujo y propone un sistema económico “comunista” mientras que Huxley expone en su sociedad el consumo de lujos constante. Ambos nos muestran lo que esto ocasiona en los individuos. En La República se critica a las ciudades con demasiado consumo y Platón dice que los ciudadanos en estas solo buscan conseguir más dinero y consumir por encima de sus posibilidades. Huxley en su utopía expone la otra cara de la moneda, un mundo consumista y hedonista. Este flujo continuo de consumismo, sensaciones y cambios inútiles en los productos que les rodean les hacen centrarse en esto y no en su situación de vida. Podemos ver algo parecido en nuestro de modo de vida actual. La gente se centra en trabajar más para poder conseguir más dinero y consumir más, conseguir tecnología más avanzada y vivir rodeado de placeres. Parece haber un paralelismo entre la evolución en los deportes de Un mundo Feliz (golf electromagnético, pelota centrífuga) y la inútil evolución de nuestra tecnología actual; que es exactamente la misma, pero con avances superfluos que mantiene excitada a la población para que no sean capaces de observar lo que ocurre a su alrededor.

Además, este exceso de información nos ciega y nos vuelve seres pasivos, que prefieren ver un programa de televisión antes que leer un libro.

Lo que una parte de la población no ignora es que los medios de información de masas y los productos audiovisuales que consumimos son controlados en su mayoría por los gobiernos, que inculcan lo que desean a través de estos y aun así la población acepta como la verdad absoluta. Mientras tanto los gobiernos hacen lo que quieren en las sombras. Quizás pueda parecer paranoia, pero a mi parecer es obvia la continua aparición de mensajes para controlarnos en las imágenes que vemos a diario. La televisión está llena de mensajes subliminales y mensajes más directos, como la publicidad, que nos llevan al consumismo extremo, hedonismo excesivo y a ser animales pasivos, negando nuestra propia naturaleza racional.

Haciendo referencia a Platón se podría decir que vivimos en esa caverna de nuestras casas, encadenados a la pared del confort de nuestro sofá mientras nos agradamos viendo las imágenes que aparecen por nuestra pantalla. Vemos, creemos y negamos las ideas contrarias, cerrando la mente a la realidad y a la naturaleza humana. Todo esto llevado al extremo se traduce en una sociedad como la de Huxley en la que todo es el nivel más bajo de la cueva, con la diferencia de que en esta nadie será capaz de romper las cadenas que lo mantienen atado porque es esclavo de los placeres y del consumismo. Y quizás esta distopía no sea tan lejana en algunos aspectos a nuestra sociedad en un corto periodo de tiempo si no salimos de la caverna, acompañados por la filosofía.

Platón expresa en su relato del control de un barco de una manera admirable la realidad de la democracia. La ignorante población ridiculiza o mata al buen gobernante, el filósofo, que tiene conocimientos de náutica y elige a aquel que no sabe controlar un barco, pero les promete poder acceder al timón. Una clara metáfora de las democracias, en la que los gobernantes como Trump o Rajoy pueden ser claros ejemplos, inútiles que gobiernan para unos pocos y con promesas imposibles que atraen a muchos. La población debe elegir lo más parecido al filósofo, a quien sea capaz de gobernar y guiar a la nación sabiamente. La democracia da la posibilidad de poder elegir al gobernante, pero esta demuestra que la población no es capaz de elegir a quien hace bien para el país. Sin embargo, la democracia bajo ese manto de libertad y de elección de quien nos representa, no es más que la agradable mentira que nos da la sensación de ser útiles y de estar haciendo algo, cuando en realidad la mayoría es manipulada hacia las ideologías que interesan a las élites.

Otra de las ideas del filósofo que sería correcto adoptar es la de examinar a los políticos para evitar que estos consigan beneficio personal de los asuntos públicos. En un país como España donde la picardía y el beneficio personal parecen estar por encima de los valores éticos, esto sería una gran idea para evitar casos de corrupción que afectan a partidos políticos tanto de izquierda como de derecha. Además, si la clase gobernante debe controlar a los ciudadanos, ¿cómo puede intentar hacer pagar los impuestos si ni siquiera ellos lo hacen? Es decir, si como dice Platón el pueblo es justo porque vive en una ciudad justa, como va a ser el pueblo justo si los políticos son los primeros en robar y evitar pagar.  En cuanto a este asunto, es completamente inmoral no solo el hecho de la corrupción, sino que los políticos se nieguen a abandonar sus posiciones porque les consiguen gran riqueza y políticos que ya han sido destituidos de la política, entren en otras empresas de cierto carácter público como hemos visto por ejemplo con el PP repetidamente.

Que la clase dirigente de nuestro país es una vergüenza es algo conocido, pero también es una vergüenza la cantidad de beneficio que estos obtienen de ella aún sin ser corruptos. Sueldos descomunales, pagas por haber trabajado en la política y mientras tanto una gran parte de la población viviendo una situación de pobreza y precariedad. En La República se expresa una solución a este problema, los gobernantes no tienen propiedad, de este modo no pueden conseguir beneficio. Quizás esto sería demasiado extremo en nuestra sociedad, basada en el dinero. Lo ideal sería aumentar los impuestos a los ricos y quizás de este modo gente interesada por la verdadera naturaleza de la política podría gobernar, aquellos que gobiernan por el bien del conjunto del pueblo, no el de una élite como ocurre la mayoría de las veces con partidos de estilo liberal. Sin ir más lejos podemos ver el ejemplo del partido que gobierna actualmente el país, que hace ya algunos años impuso una ley sobre el trabajo que permite a las empresas poder hacer prácticamente cualesquiera cosas con los empleados, salarios insuficientes, contratos temporales que sirven para conseguir subvenciones del estado y despidos que se saldan con impunidad para el gran empresario, que obtiene de ello gran beneficio.

Otra de las grandes ideas de Platón, es la de la educación de los filósofos, educación que intenta conseguir el conocimiento en general y sobre todo de la dialéctica. Por esta educación los filósofos son predispuestos a gobernar, uno de los factores que forman parte de esta en su origen es el de la gimnasia para hacer hombres de acción. Esto puede no ser del todo acertado por no tener demasiada lógica. Sin embargo, esto sirve para hacer a los filósofos los gobernantes del futuro, pues normalmente los filósofos no se interesan por participar en la política y quizás este es el fallo de la sociedad, no obligar a los filósofos de participar en política o al menos intentar influir en la sociedad por cualquier medio. Hoy en día la filosofía ha quedado relegada a un segundo plano de importancia en la sociedad, por considerarla inútil para la vida práctica, pero es cada vez más claro que la filosofía sirve como una forma de ver la realidad, de no ser engañado por las apariencias y es la sabiduría en sí.

La mayor desventaja de este tipo de sociedades utópicas es obviamente que se trata de un gobierno que controla todos los sectores de la vida y por ello no existen la libertad de expresión y el arte libre, dos de los elementos que incitan a la población a cambiar el sistema. Con la diferencia entre ellos de que el sistema de Un mundo feliz no permite cambio. Pero ¿no merece quizás la pena sacrificar el arte y la libertad de expresión por una nación feliz o una justa? La lucha entre el bien común y las libertades individuales. La gente parece ser feliz en ese mundo (aun siendo de la clase más baja y con un trabajo muy duro), no existen las guerras; pero ¿es esa felicidad real? Quizás podemos pensar lo mismo de nuestro sistema consumista, que basa la felicidad mayormente en la posesión de riquezas y de objetos inútiles, esto nos hace felices por un instante y después solo podemos pensar en que será lo siguiente que vamos a conseguir, para llenar ese vacío que deja el consumismo, como una especie de droga. Además, ¿qué precio vamos a pagar por esta “felicidad” ?, el de agotar los recursos, contaminar, destruirnos los unos a los otros por las materias primas y al final acabar no solo con la existencia de la raza humana, sino de toda la vida de la tierra. Ser felices a corto plazo, a cambio de acabar con la historia del ser humano por nuestra avaricia y deseo incontrolable.

Platón expone una idea muy correcta en cuanto a la riqueza de cada uno, así expresa que todo el mundo debe tener lo suficiente para vivir, eliminando la propiedad privada para los guardianes y gobernantes. Platón plasma así el ideal comunista de la riqueza común y justa, que a pesar de parecer imposible en nuestra sociedad por parecer imposible quitarles su riqueza a los ricos, se puede llevar a cabo en la democracia mediante fuertes impuestos a los más pudientes para repartirlo entre los más pobres. Este concepto ya ha sido intentado por el comunismo en alguna ocasión, resultando en un fallo estrepitoso. Sin embargo, no creo que debamos desistir en ello, pues al fin y al cabo es parte de la naturaleza humana y lógico que es mejor que todos tengan suficiente antes que pocos tengan mucho. Esto se observaba en el primer estado del ser humano, en la prehistoria existía una economía de comuna que permitía a todo el mundo sobrevivir. Pero con la aparición de la propiedad privada en el Neolítico, todo esto desapareció y se ve por primera vez la división en clases, unas controlando a las otras y con ello la acumulación de riquezas.

En conclusión, ambas obras, aunque utopías, son una llamada de atención para que el ser humano use la lógica, una fuente de ideas para crear una sociedad más justa y feliz y una demoledora crítica a la sociedad y a la democracia.

3 comentarios en “Marcos Sánchez Morocho: Platón en «Un mundo feliz» de Aldous Huxley

  1. Toda esta analogía entre el texto y la política española muy bien se puede aplicar para mí país, México. Ya lo dijo León Felipe:
    “¡Qué pena si este camino fuera de muchísimas leguas
    y siempre se repitieran
    los mismos pueblos, las mismas ventas,
    los mismos rebaños, las mismas recuas!

    ¡Qué pena si esta vida tuviera (esta vida nuestra)
    mil años de existencia!.

    ¿Quién la haría hasta el fin llevadera?
    ¿Quién la soportaría toda sin protesta?
    ¿Quién lee diez siglos en la Historia y no la cierra
    al ver las mismas cosas siempre con distinta fecha?

    Los mismos hombres, las mismas guerras,
    los mismos tiranos, las mismas cadenas,
    los mismos farsantes, las mismas sectas
    y los mismos poetas.

    ¡Qué pena, que sea así todo siempre,
    siempre de la misma manera!

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