Coherence (James Ward Byrkit, 2013)

Coherence es un thriller de ciencia ficción de bajo presupuesto, con un guión efectivo pero algo confuso y excesivamente «teatral» (casi toda la acción se desarrolla en el comedor de la casa del propio director).

En cualquier caso, es útil para recordar una de las interpretaciones más curiosas del experimento del «gato de Schrödinger» (1935) que legitima la posibilidad de la existencia de múltiples realidades paralelas.

El físico austríaco propone el siguiente escenario: «una caja cerrada y opaca que contiene un gato en su interior, una botella de gas venenoso y un dispositivo, el cual contiene una partícula radiactiva con una probabilidad del 50% de desintegrarse en un tiempo dado, de manera que si la partícula se desintegra, el veneno se libera y el gato muere.»

Una vez terminado el tiempo establecido para el experimento hay un 50% de posibilidades de que el gato esté vivo y otro 50% de que esté muerto. Durante ese lapso de tiempo, según la Física Clásica, el gato estará o vivo o muerto. Pero de acuerdo a la Física Cuántica se da una Superposición de estados: el gato está a la vez vivo y muerto. Esto ocurre porque la partícula radiactiva que puede activar el mecanismo del veneno es un electrón y estos tienen la propiedad de poder estar en dos sitios simultáneamente hasta que interviene un observador y las posibilidades abiertas colapsan en una sola: o vivo o muerto.

Según la interpretación de Hugh Everett, la decoherencia cuántica (1957), en el interior de la caja se inician universos paralelos totalmente aislados.

En Coherence, una cena entre amigos se ve alterada por las distorsiones gravitatorias que produce el paso de un cometa. Repentinamente, los escenarios y las historias se multiplican al infinito y terminan interactuando entre sí, lo cual contradice la teoría de la decoherencia cuántica. Esa es la razón del título.