
Lucian Freud: Portraits, 5 Continents Editions, Milan, 2012.
Lucian Freud (Berlin, 1922 – Londres, 2011) es uno de los pocos creadores de la segunda mitad del s. XX capaz de reinventar la pintura figurativa. Se especializó en el retrato y el desnudo. Nieto de Sigmund Freud, huyó de Berlín a Londres cuando los nazis llegaron al poder. Su obra es escasa y extremadamente codiciada por galerías, museos y coleccionistas privados. Se ha convertido en fetiche, obra de culto, material de la prensa rosa e inversión bursátil. A pesar de todo, algunos de sus retratos me siguen pareciendo igual de turbadores que hace años.
Everything is autobiographical and everything is a portrait, even if it’s only a chair.

I paint people not because of what they are like, not exactly in spite of what they are like, but how they happen to be.

Je ne m’intéresse pas aux tableaux qui ressemblent á des photographies. Je veus que mes tableaux soient l’incarnation des gens, que la peinture ait la substance de la chair (p. 211)


Si vous n’êtes pas particulièrement religieux, ou prude, ou timide, l’erotisme fait partie de la vie ordinaire. (p. 214)

A menudo en sus retratos aparecen animales, perros o patos. El más inquietante es el desnudo de un hombre con una rata.

Hizo varios autorretratos a lo largo de su vida. Creo que este, inspirado en los trazos de Francis Bacon, es el que prefiero. Más que un autorretrato es el reconocimiento explícito de la imposibilidad para asir la propia identidad.

Pintó a la reina de Inglaterra, al barón Thyssen, a David Hockney, a Francis Bacon y también, curiosamente, a Kate Moss. Es interesante ver cómo la modelo es una para el pintor y otra diferente para el fotógrafo. ¿Es arte el retrato de Lucian Freud y no lo es la fotografía para el calendario Pirelli? ¿Son arte ambas? ¿O no lo es ninguna de las dos imágenes?


Puede que ocurra lo mismo que en la literatura con Trópico de Cáncer (1934), de Henry Miller, que desnudó del todo al hombre. Eso siempre nos causa molestia, creo.
Sobre la fotografía y la pintura, pienso que los dos son artes con distinto lenguaje, aunque parezca que sólo cambian las herramientas, el resultado es, como dices tú, muy diferente, hay una interpretación provocada o inconsciente; hay más libertad para ver el otro lado en la pintura, «el lado Cortázar», que me acabo de inventar para decirlo de alguna manera.
Puedo también estar equivocado, claro está. A ver si alguien se anima a comentar.
Saludos.
En tu mirada estás, como de costumbre, un paso más adelantado que el resto. Me sigues asombrando.
Gracias.
Reblogueó esto en Los paseos de Arriaga.
La poesía y la filosofía del primer Romanticismo ocupan el hueco que había dejado la religión. Dickinson está un poco fuera de fecha pero cabe aquí también.
El Romanticismo evoluciona en consonancia con Schopenhauer. En el primer principio dejan de coincidir verdad, bien y belleza. No olvides que esto es un invento platónico para castigar a los poetas, para limitar su libertad de expresión.
Es aquí donde surgen Las flores del mal de Baudelaire. La belleza se asocia al mal. Soy más de este segundo romanticismo. Ahora bien, qué es el mal en Baudelaire. Sólo vida. Impefecta.
Un abrazo
Eugenio, leyendo éste comentario me ha causado curiosidad ésta parte » En el primer principio dejan de coincidir verdad, bien y belleza. No olvides que esto es un invento platónico para castigar a los poetas, para limitar su libertad de expresión.» ¿Podrías decirme en que libro Platón expone este tipo de ideales o conceptos? pues bien, me gustaría leerlo. Gracias.
Hola Yuranny, las ideas de Platón sobre la poesía se condensan en República, libro III y X. Los poetas, viene a decir, pueden escribir lo que quieran siempre y cuando sea bueno para el orden social. Por ejemplo, el respeto a los dioses y los héroes es fundamental para que el pueblo se someta a la autoridad y no acabe riéndose de todo (como ocurre en democracia). Si lo aplicáramos a hoy día, a los periodistas sólo se les permite escribir apologías de la monarquía mientras nos cuelan una transición a Felipe VI que no va a pasar por referéndum. Si a cualquiera se le ocurriera sembrar dudas sobre la figura del rey que abdica (que hay muchas) o de la utilidad de otra generación más de borbones, los mecanismos de censura se las arreglan para que su discurso no forme parte de la Historia.
Saludos.
La conozco, magnífico documental.
Buena noticia. Un abrazo.