
Pierre Bordieu: Homo academicus. Ariel Dilon (tr.). Salamanca: Siglo XXI, 2008.
Homo academicus trata sobre el funcionamiento interno de la Universidad y las relaciones de esta con el resto de la sociedad. Bordieu, que también formó parte del entramado universitario como director de la L’École Pratique de Hauts Études y catedrático de Sociología en el College de France, toma muchas precauciones metodológicas para poder abordar el tema con total objetividad. El resultado más inmediato es una prosa extremadamente árida y severas dificultades para exponer sus tesis de un modo claro y directo. Aún así, si se persevera en la lectura de los primeros capítulos pueden encontrarse observaciones interesantes respaldadas por una sociología científica:
- Las relaciones de poder en el campo universitario y en el campo social están determinadas por la lucha de clases.
- Las facultades universitarias dominantes son Medicina y Derecho. En el polo opuesto se hallan las carreras científicas. Medicina y Derecho son instrumentos de dominio, de control social, mientras que la ciencia presupone libertad de examinar y objetivar y, por tanto, voluntad crítica.
- Los profesores universitarios de Derecho y Medicina provienen en su mayoría de familias de abogados y médicos, han ido a colegios privados, tienen más hijos y son políticamente conservadores. Es importante comprender que acceder a estas posiciones de privilegio no tiene tanto que ver con determinados conocimientos o técnicas sino con un ritual académico por el cual se entra a formar parte del grupo, se asimila el esprit de corps. Hay algo de esto en el acoso y derribo del juez Garzón.
- El capital universitario se obtiene ocupando posiciones que permiten controlar el acceso al cuerpo: tribunales de oposición o tesis doctorales, jueces de concursos…
- La acumulación de capital universitario requiere mucho tiempo y va en detrimento de la actividad investigadora. Es decir, influencia y poder dentro de la Universidad son inversamente proporcionales al trabajo intelectual serio.
- Dentro de las relaciones de poder del campo universitario rige una ley muy clara: uno sólo es apoyado mientras apoye algo.
Esto es más o menos lo que he sacado en claro. Demasiado poco para casi trescientas páginas de una prosa muy poco agradecida.
