
Pierre Bourdieu (1930-2002) fue un sociólogo francés muy crítico con el sistema neoliberal en que vivimos. En La distinción: Criterios y bases sociales del gusto (Taurus, 1998), por ejemplo, afirma que las formas sagradas del arte no son sino los signos visibles que las clases dominantes utilizan para hacer gala de su superioridad. El arte contemporáneo es un buen ejemplo: ¿cuánto cuesta aprender a apreciar o poseer una obra de Mondrian? En el vídeo que acompaña a este post Bourdieu explica su punto de vista sobre la escuela. En la escuela, dice Bourdieu, se fabrican personas y se las etiqueta con un título. Aparentemente, en función de su capital económico los individuos ocuparán un puesto u otro dentro del sistema social. Pero Bourdieu encuentra que en la escuela se juega con otro factor adicional: el capital cultural. Tendrá éxito, es decir, llevará una etiqueta mejor, aquel que ya venga de casa con las destrezas y costumbres que se exigen: lenguaje cuidado, familiaridad con los horarios, organización y técnicas de trabajo… Quienes no dispongan de este capital no se adaptarán y continuarán apresados en el escalón social del que provienen. Bourdieu cuenta una anécdota muy significativa a este respecto: en los márgenes de un examen de filosofía observó que el corrector había escrito «servil«. Lo que no sabía el profesor era que la alumna era hija de una empleada doméstica.
Hola Eugenio soy Kevin de tu clase de 2ºC de Bachillerato.
Tengo que felicitarte por la página que tienes, sinceramente me ha gustado mucho e independientemente de que cuente para nota o no, te puedo asegurar que me pasaré días investigando y leyendo por los entresijos de la web.
Por cierto, ya que dispones de mi email al enviarte este comentario, te agradecería que me enviaras todos aquellos textos filosóficos que quieras, ansioso los espero.
Saludos, Kevin.