Gilles Deleuze: Dos regímenes de locos.

Gilles Deleuze: Dos regímenes de locos. Textos y entrevistas (1975-1995). José Luis Pardo (tr.) Valencia: Pre-textos, 2007.

Segundo volumen de la recopilación de entrevistas y textos sueltos de Deleuze. Al primer volumen, titulado La isla desierta, le sigue este otro, Dos regímenes de locos. La naturaleza de los artículos es muy variada pero algunos de los temas son bastante recurrentes: Guattari, Foucault, Negri, Nietzsche, Spinoza, Hume, Bergson, Proust, Francis Bacon, Freud, la imagen-movimiento, el cuerpo sin órganos, la esquizofrenia, el rizoma, Palestina, Baader-Meinhof…

Cito algunos textos representativos porque me siento incapaz de traducir a Deleuze a un lenguaje que no sea el suyo propio:

1. Psicoanálisis

El fenómeno del delirio nunca es la reproducción (ni siquiera imaginaria) de una historia familiar a propósito de una carencia. Es, bien al contrario, un excedente de historia, una amplia deriva de la historia universal. Lo que el delirio pone en movimiento son las razas, las civilizaciones, las culturas, los continentes, los reinos, los poderes, las guerras, las clases y las revoluciones. (Esquizofrenia y sociedad, p. 47)
Hay que invertir la fórmula de Freud: el inconsciente es lo que debemos producir, produzcámoslo o, de lo contrario, nos quedaremos con nuestros síntomas, nuestro yo y nuestro psicoanalista. (…) Producir el inconsciente no es fácil, no puede hacerse de cualquier manera, con un lapsus o un chiste, ni siquiera con un sueño. El inconsciente es una sustancia que hay que fabricar, situar, hacer circular, un espacio social y político que hay que conquistar. Una revolución es una tremenda producción de inconsciente, y no hay mucho más en ella, y eso no tiene nada que ver con un lapsus o un acto fallido. (Cuatro propuestas sobre el psicoanálisis, p. 88)

2. Fascismo y sociedades de control.

Por muy actual y poderoso que sea en muchos países, el viejo fascismo ya no es el problema de nuestro tiempo. Se está instalando un neofascismo en comparación con el cual el antiguo quedará reducido a una forma folklórica (…) En lugar de ser una política y una economía de guerra, el neofascismo es una alianza mundial para la seguridad, para la administración de una ‘paz’ no menos terrible, con una organización coordinada de todos los pequeños miedos, de todas las pequeñas angustias que hacen de nosotros unos microfascistas encargados de sofocar el menor gesto, la menor cosa o la menor palabra discordante en nuestras calles, en nuestros barrios y hasta en nuestros cines. (El judío rico, p. 133)
Un pensador como Michel Foucault analizó dos tipos de sociedades muy cercanas a las nuestras. Unas, a las que llamaba sociedades de soberanía, y otras a las que llamaba sociedades disciplinarias. Él hacía coincidir con Napoleón, la transición típica de una sociedad de soberanía a una sociedad disciplinaria. La sociedad disciplinaria se definía -los análisis de Foucault a este respecto son célebres- por la constitución de espacios de encierro: cárceles, escuelas, talleres, hospitales. Las sociedades disciplinarias tenían necesidad de ellos. Este análisis ha engendrado ciertas ambigüedades en algunos lectores de Foucault, porque han creído que éste era su pensamiento definitivo. Pero evidentemente no es así. Foucault nunca pensó, y así lo dijo con toda claridad, que las sociedades disciplinarias fueran eternas. Todo lo contrario: pensaba obviamente que estamos entrando en un nuevo tipo de sociedad. Claro que quedan toda clase de residuos de las sociedades disciplinarias, y así será durante años y años, pero ya sabemos que estamos ingresando en otro tipo de sociedad que podríamos llamar, según el término propuesto por Burroughs -por quien Foucault sentía una viva admiración-, sociedades de control. Estamos entrando en unas sociedades de control, que se definen de un modo completamente distinto a las sociedades de disciplina. Los que cuidan de nosotros ya no tendrán necesidad de espacios de encierro. Todo esto, las carceles, las escuelas, los hospitales, está ya hoy en día puesto en cuestión permanentemente. ¿No es mejor dispensar los cuidados a domicilio? Sí, no cabe duda de que éste es el porvenir. Los talleres, las fábricas, se están desmoronando por todas partes. ¿No es preferible un régimen de subcontratación y el trabajo a domicilio? ¿No hay otras formas de castigar a la gente diferentes de las cárceles? Las sociedades de control no necesitarán ya espacios de encierro. Ni siquiera la escuela. Tenemos que estar atentos a los temas emergentes, que se desarrollarán durante los próximos cuarenta o cincuenta años, y que nos explican que lo más deseable sería reunir al mismo tiempo la educación y la profesión. (¿Qué es el acto de creación?, p. 287)

3. Palestina.

Los combatientes palestinos proceden de los refugiados. Israel pretende vencer a estos combatientes produciendo miles de nuevos refugiados, de los que nacerán nuevos combatientes.
Debemos decir, y no únicamente a causa de nuestras relaciones con el Líbano, que el Estado de Israel está asesinando a un país frágil y complejo. Y hay otra cosa. El modelo palestino-israelí es determinante para los problemas actuales relacionados con el terrorismo, incluida Europa. La alianza mundial de los Estados, la organización de una policía y una jurisdicción mundial, como se anuncian, conducen necesariamente a una ampliación de acuerdo con la cual cada vez más personas quedarán asimiladas a «terroristas» potenciales. Nos encontramos en una situación análoga a la de la guerra de España, cuando España sirvió como laboratorio de experimentación para un futuro aún más terrible. (Los obstáculos, p. 154)

4. Nietzsche.

Mientras el lector se obstine en (1) ver en el «esclavo» nietzscheano a alguien que se encuentra dominado por un amo y que merece encontrarse así; (2) comprender la voluntad de poder como una voluntad que quiere y busca el poder; (3) concebir el Eterno Retorno como el fastidioso retorno de lo mismo; (4) imaginar al superhombre como una raza de amos, toda relación positiva entre Nietzsche y el lector será imposible. Nietzsche aparecerá como un nihilista o, aún peor, como un fascista, en el mejor de los casos como un profeta oscuro y terrorífico. (Prólogo a la edición americana de Nietzsche y la filosofía, p. 190)

5. Márketing literario o filosófico.

El marketing literario o filosófico (…) tiene sus principios particulares: 1. Es preciso que se hable de un libro, que dé que hablar, aunque el libro mismo no diga nada. En última instancia, se precisa que el libro sea sustituido por el conjunto de los artículos de periódico, entrevistas, coloquios, programas de radio o televisión, hasta el punto de que podría muy bien no existir tal libro. Por este motivo, el trabajo al que se dedican los nuevos filósofos no reside en los libros que escriben sino en los artículos, periódicos y programas que pueden ocupar u obtener, en las entrevistas que puedan colocar, los dosieres que puedan inspirar, incluido un número de Playboy. (Sobre los nuevos filósofos y sobre un problemas más general, p. 135)

6. Literatura.

Todo el que tiene algo que decir es como un extranjero en su propia lengua. (El porvenir de la lingüística, p.80)

El índice completo del libro es el siguiente:

1. Dos regímenes de locos
2. Esquizofrenia y sociedad
3. Mesa redonda sobre Proust
4. Acerca del departamento de psicoanálisis de Vincennes
5. Nota a la edición italiana de Logique du sens
6. El porvenir de la lingüística
7. Sobre Le mysogyne
8. Cuatro propuestas sobre el psicoanálisis
9. La interpretación de los enunciados
10. El auge de lo social
11. Deseo y placer
12. El judío rico
13. Sobre los nuevos filósofos y sobre un problema más general
14. La peor manera de construir Europa
15. Dos preguntas sobre la droga
16. Hacer audibles fuerzas que en sí mismas no lo son
17. Los obstáculos
18. La queja y el cuerpo
19. Cómo puede la filosofía servir a los matemáticos e incluso a los músicos, incluso y sobre todo cuando no trata de música ni de matemáticas
20. Carta abierta a los jueces de Negri
21. Este libro es literalmente una prueba de inocencia
22. Ocho años después: entrevista
23. La pintura inflama la escritura
24. Manfred: una extraordinaria innovación
25. Prólogo a la anomalía salvaje
26. Los indios de Palestina
27. Carta a uno sobre el lenguaje
28. Prólogo a la edición americana de Nietzsche y la filosofía
29. Cine 1, estreno
30. Retrato del filósofo como espectador
31. El pacifismo, hoy
32. Mayo del 68 nunca ocurrió
33. Carta a uno: cómo trabajamos juntos
34. La grandeza de Yasser Arafat
35. Sobre los principales conceptos de Michel Foucault
36. Las zonas de inmanencia
37. Era una estrella de grupo
38. Prólogo a la edición americana de La imagen-movimiento
39. Foucault y la cárcel
40. El cerebro es la pantalla
41. Ocupar sin contar: Boulez, Proust y el tiempo
42. Prólogo a la edición americana de Diferencia y Repetición
43. Prólogo a la edición americana de Diálogos
44. Prólogo a la edición italiana de Mil mesetas
45. ¿Qué es el acto de creación?
46. Lo que la voz aporta al texto
47. Correspondencia con Dionys Mascólo
48. Las piedras
49. Epílogo a la edición americana: un retorno a Bergson
50. ¿Qué es un dispositivo?
51. Respuesta a una pregunta sobre el sujeto
52. Prólogo a la edición americana de La imagen-tiempo
53. Los tres círculos de Rivette
54. El engranaje
55. Carta-prólogo a Jean-Clet Martin
56. Prólogo a la edición americana de Empirismo y subjetividad
57. Prólogo: Una nueva estilística
58. Prólogo: Los pasos del tiempo
59. La guerra inmunda
60. Hemos inventado el ritornelo
61. Para Félix
62. La inmanencia: una vida

4 comentarios en “Gilles Deleuze: Dos regímenes de locos.

  1. Estimado Eugenio,
    Necesito leer varios artículos de este libro, pero soy estudiante secundario y no tengo acceso al mismo pues en las librerías de acá (Chile) no está en stock y tampoco tengo dinero para encargarlo afuera. Hay alguna posibilidad de que compartas algún capítulo del libro como pdf?
    Saludos cordiales,
    Jorge Hernandez

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