Jack Arnold: El increíble hombre menguante

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Puede decirse que la década de los cincuenta fue la época de oro de la ciencia ficción. Pocos medios, pocos efectos especiales y mucha imaginación caracterizan a películas clásicas como esta que comentamos, El increíble hombre menguante. Jack Arnold (1916-1992), su director, fue también el autor de otro clásico It came from outer space (1953). Obras obras maestras de la ciencia ficción de los cincuenta que te sugiero son:

  1. Ultimátum a la tierra. (The Day the Earth Stood Still, Robert Wise, 1951)
  2. El enigma de otro mundo (The Thing from Another World, Howard Hawks y Christian Nyby, 1951)
  3. Invasores de Marte (Invaders from Mars, William Cameron Menzies, 1953)
  4. La guerra de los mundos (The War of the Worlds, Byron Haskin, 1953)
  5. Planeta Prohibido (Forbidden Planet, Fred McLeod Wilcox, 1956)
  6. La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, Donald Siegel,1956. Remake con Nicole Kidman, Invasión, 2006)
  7. Viaje al centro de la Tierra (Journey to the Center of the Earth, Henry Levin, 1959)

El guionista de El increible hombre menguante, el reputado Richard Matheson (adaptó los cuentos de Poe para Roger Corman y fue autor del primer guión que dirigió Spielberg, El diablo sobre ruedas, –Duel, 1971-) crea una historia que sigue puntualmente La metamorfosis de Kafka en sus planteamientos. Creo que está muy lograda esa intuición kafkiana sobre la debilidad de nuestra condición humana, la facilidad con que la perdemos por cualquier contingencia. Muchas veces no hay diferencia entre tener un accidente de tráfico o desarrollar un cáncer y convertirte en un horrible monstruo obligado a abandonar el mundo humano para siempre. La crueldad de un mundo en el que todo lo que nos resultaba en un principio familiar y amigable se vuelve terrorífico es común a la película de Arnold y al relato de Kafka. Así, por ejemplo, el peligro constante, la comida en mal estado, la progresiva indiferencia de aquellos en los que confías, incluidos hermanos y padres…

Sin embargo, hacia el final de la película Matheson se aparta de la coherencia del relato de Kafka y termina concluyendo de un modo más apropiado para la sala de cine. La voz en off del protagonista nos habla de dos iluminaciones místicas. La primera le devuelve la condición humana, una condición que otorga la fuerza suficiente para sobreponerse a cualquier dificultad. La segunda visión conecta lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande, otorgando significado y eternidad a la más minúscula existencia. Este giro tiene reminiscencias del optimismo kantiano, «el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí».

Comenta los textos siguientes y da tu opinión al respecto:

Scott Carey (voz en off): Con aquellos pedacitos de metal volvía a sentirme un hombre. Si tenía que morir no sería como un insecto indefenso entre las mandíbulas de aquella araña monstruosa. Me sentí invadido por una extraña calma. Mis pensamientos se volvieron más claros que nunca. Como si mi mente se bañara en una luz brillante. Comprendiendo que mi hipersensibilidad se debía al hambre. Desapareció mi odio por el monstruo, como yo, luchaba ferozmente por sobrevivir. No fue la razón la que me llevón hacia la caja sino el instinto, tan primitivo como el de la araña. Me temblaban las piernas, no de miedo, sino de debilidad. Sin embargo, sentía dentro de mí una fuerza nueva, un impulso desconocido, que me empujaba a una lucha a muerte.

Scott Carey (voz en off): Seguí haciéndome más pequeño. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta llegar a lo infinitesimal? ¿Qué era yo? ¿Seguía siendo un ser humano o era el hombre del futuro? Si había otras nubes radioactivas flotando entre las nubes y los continentes me seguirían otros seres humanos a este mundo nuevo. ¡Qué próximos están lo infinitesimal y lo infinito!. Lo infinitamente pequeño y lo infinitamente grande se encuentran en un momento dado para cerrar un gigantesco círculo. Sentí como si pudiera abrazar el cielo. Infinitos mundos. El maravilloso tapiz tejido por Dios se extendía sobre mí en la noche y en ese momento conocí la respuesta al enigma del infinito. Hasta entonces había pensado dentro de la limitada dimensión humana. Que la existencia tiene un principio y un fin es un concepto humano, no divino. Sentí que mi cuerpo disminiuía, se disolvía, se convertía en la nada. Desapareció el miedo y se convirtió en aceptación. Toda la majestuosa grandeza de la creación tenía un significado. Yo tenía un significado. Yo el más pequeño entre los pequeños también tenía un significado. Para Dios el cero no existe. Yo sigo existiendo.

Aparentemente, está a punto de llevarse a cabo un remake de este clásico.

Ficha técnica

Director: Jack Arnold

Guionista: Richard Matheson

Fotografía: Ellis W. Carter

Música: Joseph Gershenson

Estreno: 1957

Intérpretes: Grant Williams, Randy Stuart, April Kent, Paul Langton, Raymond Bailey, William Schallert, Billy Curtis

Duración: 81 min.

Nacionalidad: EE.UU.

Sinopsis: Tras sufrir los efectos de una nube radioactiva Scott Carey (Grant Williams) empieza a disminuir de tamaño de un modo irreversible. Tras ser atacado por su gato, el hombre menguante termina perdido en el sótano de su propia casa. Su desdicha lo sume en la desesperación. La lucha a muerte con un horrible monstruo, una simple araña, le devuelve la confianza. En cualquier caso, mengua hasta desaparecer.

Muchas gracias a Héctor por la recomendación.

3 comentarios en “Jack Arnold: El increíble hombre menguante

  1. Muy bien, tu comentario de esta película fue muy útil, peor… ¿tenías que decirnos en el primer párrafo que el personaje se achica hasta desaparecer?

    1. En este caso, la anécdota argumental es mucho menos significativa que el contenido metafísico que pueda tener la película. El argumento es el mismo que el de Cariño he encogido a los niños. Sin embargo, es muy diferente lo que uno puede aprender de una y de otra película.

      Gracias por participar.

  2. No mengua hasta desaparecer. Jamás desaparece. Solo se infiere que seguirá encogiéndose, sin embargo el sigue existiendo, sigue teniendo un mundo al que pertenece, aunque los humanos no lo vean (de hecho bien pronto desaparece su interacción con las personas), aunque el gato deje de verlos, aunque la araña deje de verlos, siempre habrá un mundo menor y en realidad ese concepto de _desaparecer_ no existe. Es fundamental para el entendimiento de la película.

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