Frédéric Beigbeder: Windows on the world

Frédéric Beigbeder: Windows on the world. Barcelona: Anagrama, 2006.

Windows on the worldera el nombre del restaurante que coronaba una de las torres del World Trade Center. Ahora, de la mano de Beigbeder, se ha convertido en el título de un best-seller que analiza y reconstruye el 11-S. Los protagonistas de la novela son un agente inmobiliario y sus dos hijos atrapados en el restaurante. Paralelamente, el narrador va añadiendo, en un tono autobiográfico, sus reflexiones sobre las consecuencias globales de los atentados.

La novela se lee de un tirón. Es muy probable que por la crudeza en la descripción de los horrores que padecieron las víctimas atrapadas en las torres. La censura que afectó a las imágenes del 11-S permite a la novela de Beigbeder llenar ese hueco en nuestro imaginario colectivo.

Pero, por desgracia, esa es su única virtud. El resto de los ingredientes de la obra son muy convencionales:

  • No se profundiza en las causas económicas y políticas del 11-S. La novela opta por centrarse en el lado humano de la tragedia y esto supone elevar al rango de acontecimiento histórico la muerte de tres mil. A fecha de hoy ya han muerto más de 600000 en la guerra de Irak y ningún novelista francés se hará rico contando los muertos y mutilados inocentes que causan, por ejemplo, las bombas de racimo. Una novela sobre el 11-S tendría que entrar a saco en el montón de mentiras que cuenta la versión oficial de los atentados. Sólo la verdad permite a las víctimas descansar en paz. Para empezar, ningún boeing se estrelló contra el Pentágono, así que hay más de 90 muertos desaparecidos.
  • Beigbeder plagia en sus reflexiones las ideas de Baudrillard, Lipovetsky o Houllebecq. Parece que Beigbeder hubiese elaborado un manual para torpes sobre los tópicos de la postmodernidad.
  • Por último, como a todo best-seller, se le notan demasiado los trucos para vender más ejemplares: el toque pornográfico, maniqueo, conservador, cool

Prescindible.

Deja tu comentario