Giorgio Colli: Zenón de Elea. Madrid: Sextopiso, 2006.
Giorgio Colli (1917-1979) es especialmente conocido por haber editado junto a Mazzino Montinari la edición canónica de las Obras Completas de Nietzsche. Uno de sus libros más conocidos es El nacimiento de la filosofía (Barcelona: Tusquets, 1987) donde, con un estilo muy personal y bajo la influencia benéfica de Nietzsche, se adentra en el misterio salvífico de la filosofía presocrática. Otras de sus obras traducidas son Filosofía de la expresión (Madrid: Siruela, 1996) y Después de Nietzsche (Barcelona: Anagrama, 1988).
Fue profesor en la Universidad de Pisa durante años. El libro que comentamos son los apuntes de los cursos que impartió en los años 1964-1965 sobre Zenón de Elea. Las notas de sus clases fueron recogidas por su alumno E. Berti y publicadas por E. Colli en 1998. Traducidos por Miguel Morey para la recién creada editorial Sextopiso representan una más que recomendable novedad editorial.
Existen dos perspectivas completamente diferentes de Zenón de Elea. Ambas están inspiradas en diálogos de Platón. En Alcibíades I Zenón es presentado como un sofista más, cuyos argumentos no tienen como objetivo ilustrar la cosmovisión parmenídea, sino ejemplificar modos de derrotar al contrario mediante la dialéctica utilizando principalmente la reducción al absurdo. A favor de este punto de vista podemos considerar la proximidad cronológica de Zenón con Gorgias y el hecho de que el argumento de Zenón ataca no sólamente la multiplicidad del ser sino también el axioma de Parménides: «el Ser es Uno». Zenón afirma, si el Ser es uno, es divisible y existe, por tanto, algo más que ser. Para superar a Zenón hay que admitir la realidad del no-ser, que es lo que hacen Demócrito, con los átomos y el vacío, y Platón, en sus diálogos de madurez, en el Parménides y el Filebo.
El retrato más clásico de Zenón, amante, discípulo y defensor de Parménides, que aparece en el diálogo del mismo nombre de Platón, se adapta mejor a las famosas paradojas del movimiento. Dichas paradojas son reducciones al absurdo: se admite la posibilidad del movimiento para llegar luego a una contradicción que nos devuelve a la cosmovisión parmenídea: el Ser es Uno, Inmutable, Eterno, Esférico… Las paradojas de Zenón son cuatro: dicotomía, Aquiles, la flecha y el estadio. Colli demuestra que la última no está a la altura de las tres primeras y puede dejarse a un lado. Sin embargo, Colli muestra con rigor, maestría y el texto griego original cómo Aristóteles se debate inútilmente con la dificultad de las otras tres.
Como opinión personal creo que el primer retrato de Zenón, inventor de la dialéctica, antecesor de los sofistas, es el más creíble. Es muy difícil para mí conjugar el iluminismo dogmático de Parménides con la habilidad dialéctica de Zenón. Creo que Parménides está convencido de ser el transmisor de la diosa de la Verdad y creo que Zenón concibe el ejercicio de la dialéctica como un combate donde no se busca la verdad sino la victoria. A cualquier precio.
