Miguel Espinosa: Asklepios. Madrid: Siruela, 2005.
Reeditan por fin este libro único y extraño de Miguel Espinosa (1926-1982). En la contraportada presentan a Miguel Espinosa como alguien que «estudió Derecho en Murcia, donde residió la mayor parte de su vida. Trabajó en negocios de exportación e importación y como asesor jurídico de varias empresas». La realidad es que fue un tipo gris, marginal e inadaptado de la España franquista, que pasó hambre e hizo pasar hambre a su familia por entregarse a la oscura pasión de una obra absolutamente personal y póstuma.
Espinosa es un autor incómodo. Utilizó una artillería verbal demoledora para ridiculizar el régimen de Franco en nombre del pensamiento, la libertad y la belleza en obras como Escuela de mandarines (1974) o La fea burguesía (1990). Pero la misma maestría le sirvió en Tríbada. Theologiae Tractatus (1987) para, ciego de odio, atacar brutalmente a burgueses y homosexuales porque su pareja lo había abandonado por otra mujer, una farmacéutica.
Asklepios pretende, a la manera del Hiperion de Hölderlin, revivir en primera persona nuestra edad de oro, la civilización griega. Es el testimonio doloroso de un exilio, no en el espacio sino en el tiempo.