Filosofía en imágenes

IV Jornadas de Didáctica de la Filosofía

Lunes 13 a las 18:00, Filosofía en imágenes
Ponente: Eugenio Sánchez Bravo (IES Valle del Jerte, Plasencia


Índice

Introducción

En primer lugar, quiero decir lo que no voy a hacer

Pasamos ahora a lo que voy a contar en esta charla

¿Qué entiendo por Filosofía?

¿Qué papel juegan las imágenes?

Selección de imágenes para la clase de Filosofía

Presentación en Google Slide

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Introducción

Es muy probable que lo que cuente hoy aquí parezca banal, irrelevante o mera palabrería. A pesar de todo, ya que Francisco Molina me ha dado la oportunidad de intervenir, voy a contar con mucha brevedad cómo creo que pueden usarse las imágenes en las clases de Filosofía. Espero que, al menos, no resulte indiferente.

En primer lugar, quiero decir lo que no voy a hacer

No voy a elaborar un discurso sobre si las imágenes son o no el cauce adecuado para la filosofía . Hay quienes opinan que no, que la filosofía está en los textos, en el análisis de textos, y que esto de las imágenes pertenece a esta época de la «derrota del pensamiento«. No voy a defender lo contrario argumentando cómo la obra de arte nos acerca a la verdad o al «claro del bosque«. No voy a hacerlo porque no sabría, además de que el maestro de Alemania me aburre muchísimo.

Tampoco voy a detenerme demasiado en dar ejemplos de imágenes para la tercera pregunta del examen PAU. En un principio se pensaba ofrecer al alumno un texto o una imagen o ambos a modo de inspiración para desarrollar una reflexión personal, una mini-disertación. Finalmente, sólo se pide al alumno que reconozca el tópico filosófico de un texto y exponga el pesamiento sobre dicho tópico en un autor de un período concreto de la Historia de la Filosofía. La imagen, en caso de que se añadiese imagen al texto, quedaría reducida a un mero pretexto que apuntaría claramente hacia contenidos muy específicos.

Podrían servir de ejemplo estas cuatro viñetas de El Roto que apuntan al mito de la caverna. Sin embargo, si nos fijamos bien, estas viñetas son algo más; no sólo apuntan a Platón sino que alientan una posible actualización y reflexión personal sobre el mito.

La omnipresencia de las pantallas, la realidad virtual del futuro, la cultura de masas o el miedo a la libertad, parece decir el Roto, son características de esta civilización tardo capitalista, que necesita vivir de espaldas a la realidad para que nadie vea cómo avanza sin control hacia el desastre.

En realidad, a lo mejor tampoco tiene mucho sentido que la nueva PAU se oriente hacia la disertación. Puede ser que la Selectividad no sea el terreno más adecuado para dar vía libre a la subjetividad de los alumnos. Algunos lo harían muy bien y otros muchos no sabrían qué decir. También es más que probable que las respuestas se vieran condicionadas por el enrarecido clima político (el ascenso del fascismo). Además, ¡cuántas dificultades plantearía la corrección de este tipo de pregunta!

Pasamos ahora a lo que voy a contar en esta charla

Me gustaría aportar algunas ideas que me rondan la cabeza y han surgido a partir de mi práctica en el aula. En primer lugar, me gustaría aclarar qué entiendo por Filosofía y cómo la trabajo en el aula. A continuación, explicaría qué papel juegan las imágenes en ese proceso.

¿Qué entiendo por Filosofía?

La mejor forma de explicar qué es para mí la Filosofía creo que es leyendo uno de mis relatos/reflexiones que llevan por título Cuaderno de Autoayuda. Fragmentos. No tienen ningún valor literario o filosófico pero les tengo cariño y me gusta leerlos. Este se titula «Filosofía» y tiene un poco de arenga y otro poco de melodrama.

Filosofía

El primer día de clase suelo contarles a los chicos qué entiendo por filosofía. Lo hago al modo socrático, con preguntas y respuestas. En el papel queda mejor como un pequeño discurso.

Empiezo diciendo que en clase de filosofía no hay que aprender cosas, que su cabeza no es el cesto de la ropa sucia. La filosofía es algo que hacemos, es una actividad, pero en lugar de usar el cuerpo, es la inteligencia la que trabaja. Como si practicásemos una especie de yoga mental.

Habría varias posturas como escuchar, argumentar o rebatir, siendo la fundamental el ponerse en modo preguntón, como los niños, como Sócrates. Ser filósofo es responder a todo con un ¿por qué? Envejece aquel que deja de hacerse preguntas, el que cree que ya lo sabe todo, el que termina la conversación con “siempre se ha hecho así” o “porque lo digo yo”.

Para adoptar una postura filosófica hay que colocarse de espaldas a todo lo aprendido. Nos quedamos mirando al vacío. Sólo de ese modo somos realmente libres. No se buscan respuestas teóricas. La filosofía consiste en preguntar primero para actuar después. El pensamiento es inútil si no se traduce en un estilo de vida.

Un error común entre nosotros los docentes es entrar en el aula e ir corriendo a sentarse en la mesa del profe. Vale lo mismo que abandonar la clase. Lo hacemos por inseguridad, por miedo, por desconocimiento o porque no nos interesa en absoluto educar. A menudo la disposición de los chicos en sus pupitres me recuerda a la guerra de trincheras. Lo primero que habría que hacer al entrar en clase es tirar por la ventana sillas y mesas para después ir a pasear al jardín.

Cuando llego al aula elijo una silla cualquiera, me siento entre ellos y les digo que con suerte me quedan todavía unos pocos años antes de que me retiren y que no voy a perderme ni un instante del privilegio de poder escucharlos.

A mi entender, el pensar filosófico no sucede nunca en los exámenes que, desgraciadamente, para muchos chicos y profes, es lo único sustancial del proceso educativo. No entienden que la obsesión por la nota hace prácticamente imposible la filosofía en el aula porque todo se mide en términos de utilidad y eficacia. Así que, está claro que el pensar no sucede en los exámenes sino que acontece en la hora de clase.

La hora de clase (Por una erótica de la enseñanza) es el título de un libro maravilloso de Massimo Recalcati. En él, el autor se aproxima a la educación desde los puntos de vista de Platón y Freud. El alumno no es una cabeza vacía que hay que rellenar sino un sujeto que sabe pero no sabe que sabe o ha olvidado. Ahí, en la hora de clase, es donde el pensar no es tediosa repetición de lo Mismo, un eterno plagio, sino que se manifiesta como recuerdo o reminiscencia. Es más, cualquier idea filosófica que no tenga ese origen es, en mi opinión, irrelevante. Es en esta dinámica donde entre todos buscamos un punto de encuentro donde sumar subjetividades diversas. Se trata, al fin y al cabo, de abrir mundos posibles, de sembrar la posibilidad de un mundo diferente, mejor.

En la hora de clase mis únicos principios son asumir la ignorancia socrática y escuchar. Con frecuencia, en los diálogos de Platón, Sócrates presume de escuchar pero habla demasiado. El papel de las imágenes es servir de intermediario entre el alumno y lo que ya sabe, aunque no tenga ni idea de que lo sabe. Las imágenes funcionarían como el lubricante de la reminiscencia platónica o la catarsis freudiana. Una imagen es mejor que el interrogatorio socrático porque es, no más inocente, pero sí menos coercitiva. Además, el lenguaje de las imágenes es el que mejor dominan pues lo han aprendido desde niños con el uso intensivo de las pantallas.

¿Qué papel juegan las imágenes?

¿Qué tipo de imágenes pueden tener la virtud de ofrecer al alumno la ocasión para exponer su subjetividad, de estar presente, por fin, en la hora de clase? Porque si los alumnos no están presentes, como ocurre la mayoría de las veces, reconozcámoslo, estamos fracasando.

A mí me funcionan bastante bien imágenes como las que se pueden encontrar en un test proyectivo. Podemos tomar como punto de partida alguna lámina del Test de apercepción temática de Murray. Para entenderlo mejor leo otro de mis relatos/reflexiones.

Test de apercepción temática de Murray

Test de Apercepción Temática de Murray, Lámina 3.

Los alumnos me dicen que le han pegado, que está de resaca o ¡que ha tenido sexo? Se olvidan de lo esencial: ¿está entrando en casa para dejar afuera la oscuridad? o ¿está saliendo y deja la oscuridad atrás? No es posible ver ambas cosas al mismo tiempo. 

Esta lámina del Test de apercepción temática de Murray sirve para localizar dónde están nuestros demonios. Todos mis alumnos creen que la chica está entrando en casa. Sus miedos, por lo tanto, habitan en el exterior. En mi caso siempre la he visto saliendo. Me alegro por ellos.

Al contrario de lo que ocurre en una viñeta de El Roto, donde hay que saber leer la imagen, interpretarla a partir de unas conocimientos filosóficos previos, las láminas de un test proyectivo sólo dicen lo que el espectador quiera ver en ellas. Esta libertad de interpretación, el hecho de que no existe una respuesta correcta, les anima a participar, a contar lo primero que se les venga a la cabeza, como si fuese la técnica de asociación libre del psicoanálisis.  Este es el material en bruto con el que trabajo en el aula, el mismo que utilizaba Freud para abrirse paso en el inconsciente. Sólo si los alumnos pueden decir sin filtro lo primero que se les ocurra, sin importar lo irrelevante o escandaloso que parezca, es posible aterrizar en cuestiones filosóficas esenciales y mostrarles que saben mucho más a ese respecto de lo que creen.

En mi opinión, las imágenes que mejor cumplen esta tarea son las que provienen de la cultura popular en todas sus formas y pueden hallarse diseminadas aquí y allá en redes sociales. Fotografías, fotogramas, portadas de discos, memes y viñetas son las que utilizo con más frecuencia. Siempre imágenes que no exijan de ellos otras herramientas que no sean su corta experiencia y sus emociones confusas.  Veamos algunas que me resultan útiles en clase y de qué manera.

Por ejemplo, para contrarrestar el fervor de los clásicos por el logos suelo usar estas imágenes. Deben funcionar únicamente como un chispazo, un cortocircuito, que ponga entre interrogantes la aburridísima idea de que la filosofía es el paso del mito al logos, siendo más tarde el logos lo que nos define como especie. Más bien, es la Razón misma la que se convierte en mito, como mostraron los maestros de la sospecha o la Escuela de Frankfurt. Para aproximarme a esta idea uso estas viñetas con un trasfondo evidentemente freudiano.

Selección de imágenes para la clase de Filosofía

Por último, ofreceré una selección de imágenes organizadas según tópicos del temario de Historia de la Filosofía: Metafísica, Teoría del Conocimiento, Antropología, Ética y Política. Respecto a todas cabe preguntarse en qué idea filosófica o qué autor aterrizaríamos si la proyectásemos en clase.

Metafísica

Teoría del Conocimiento

Antropología

Ética

Política

Y termino con otro relato/reflexión sobre cómo creo que debemos plantearnos en general el trabajo en el aula.

Las clases

Es un error preparar las clases. Quien educa sólo debe mejorarse a sí mismo.

Muchas gracias por su atención