Chuck Palahniuk: Fantasmas

Chuck Palahniuk: Fantasmas. Javier Calvo (tr.) 2ª ed. Barcelona: Mondadori, 2010.

Cuenta Palahniuk que en el verano de 1816 se reunieron en Villa Diodati, una mansión aislada a orillas del lago de Ginebra, Lord Byron, el poeta Percy B. Shelley y su amante Mary Godwin, la hermanastra de Mary, Claire Clairmont, embarazada de Byron, y el médico de Byron, John Polidori.Aislados por la lluvia, solían reunirse alrededor de la chimenea turnándose para leer una antología alemana de cuentos de fantasmas titulada Fantasmagoriana. Byron no soportaba el libro y comprometió a todos para escribir una historia de verdadero terror. John Polidori ideó El vampiro, antecedente directo del Drácula de Bram Stoker, y Mary Shelley parió a Frankenstein.

La historia de la Villa Diodati fue llevada al cine con un resultado notable por Gonzalo Suárez en 1987. Aquí tienes el trailer de Remando al viento, con Hugh Grant en el papel de Lord Byron.

Otra versión cinematográfica acerca de lo ocurrido en Villa Diodati es Gothic (1986) de Ken Russell. Menos poética y más próxima al género de terror, el resultado, aunque más efectista, no puede competir con la belleza de algunas escenas de Remando al viento.

En Fantasmas Palahniuk intenta recrear con su peculiar estilo la historia de Villa Diodati. Un grupo de personajes estrafalarios decide encerrarse durante tres meses en un teatro abandonado con el propósito de escribir su obra maestra. Cada personaje cuenta a los demás su relato y uniéndolos todos podemos hacernos una idea del pesimismo y la barbarie que caracterizan la cosmovisión del propio Palahniuk. Si en nuestra época se repitiese la experiencia de Villa Diodati se convertiría necesariamente en una versión snuff y gore de Gran Hermano, que es en lo que termina transformándose el siniestro encierro de Fantasmas. Por desgracia, no todos los relatos se leen con el mismo interés y la acumulación de sangre, tripas, porno, crueldad, hedores, miembros amputados y canibalismo termina volviéndose algo tediosa, como los catálogos de perversiones de Sade.

De todos modos, no cabe duda de que en algunas páginas Palahniuk demuestra su habilidad inigualable para mezclar el humor negro con lo más grotesco y obsceno que podamos imaginar.

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