
[Meliso] dedujo la unidad [de lo que es] de su infinitud, a partir del siguiente argumento: «Si no fuera uno, limitaría con [o estaría limitado por] otro. (fr. 5, Simplicio)
Para ser infinito, tiene que ser uno; ya que, si fueran dos, no podrían ser infinitos, sino que limitarían entre sí [o estarían limitados por otro]. (fr. 6, Simplicio)
W. K. C. Guthrie: Historia de la filosofía griega II. Madrid: Gredos, 1984. Alberto Medina González (tr.), p. 118.
