Camille Paglia: Vamps & Tramps


Camille Paglia:
Vamps & Tramps. Más allá del feminismo. Santiago García (tr.) Madrid: Valdemar, 2001.

Paglia es profesora en la University of the Arts de Filadelfia desde 1984. Su obra más académica, Sexual Personae [versión castellana de Pilar Vázquez, Madrid: Valdemar, 2006], fue publicada en 1990. A grandes rasgos es una revisión de la Historia del Arte Occidental, desde Nefertiti a Emily Dickinson, que toma como hilo conductor el enfrentamiento de los principios apolíneo y dionisiaco, masculino y femenino.

Tras el éxito de Sexual personae se convierte en una presencia constante en la prensa, radio y televisión estadounidense, polemizando desde una posición radical acerca del feminismo, la universidad, la pornografía, las drogas o la prostitución.

Algunas de las polémicas tesis que Paglia defiende en dicho ensayo son las siguientes:

  1. El excesivo proteccionismo legal logrado por el triunfo de los movimientos gays y feministas convencionales impiden el desarrollo, la eclosión, del verdadero potencial de hombres y mujeres.
  2. El feminismo tiende a una victimización constante de la mujer y el niño, amenazados por un patriarcado feroz. La inocencia originaria de niño y mujer tienen su fundamento filosófico en Rousseau. Frente a esto, Paglia propone otra visión del ser humano, más consciente de su perversidad, que se apoye en Freud, Darwin, Nietzsche, Sade…
  3. El objetivo feminista de terminar con la violencia de género reeducando o reprogramando a los hombres es una estupidez que ignora los abismos del inconsciente. Son las mujeres quienes tienen que aprender a defenderse por sí mismas. Afirma Paglia que en la mujer maltratada hay no sólo una víctima sino una perversa personalidad masoquista. Cualquier mujer maltratada que permanezca con su agresor después del primer incidente se convierte en su cómplice.
  4. El argumento feminista habitual en defensa del aborto se asienta en la idea de que el feto no es todavía un ser humano con derechos. A Paglia le parece una flagrante hipocresía. Reconoce, por el contrario, que el aborto es asesinato. Sin embargo, considera que abortar, rebelarse contra la Madre Naturaleza, es un acto pagano legítimo en el que la mujer afirma su libertad. Para la Naturaleza las mujeres no son más que sacos de leche y depósitos de grasa.
  5. Los estrictos límites legales al acoso sexual que se han impuesto en Estados Unidos perjudican más que favorecen a las mujeres. Dichos límites las infantilizan, las convierten en seres necesitados de la protección permanente de la Madre-Estado. Según Paglia, las mujeres pueden defenderse por sí mismas si recuperan la conciencia del irresistible poder de su sexualidad. Eliminar el excesivo proteccionismo legal es la única manera de que se rompa definitivamente el conocido «techo de cristal».
  6. Cuando el feminismo convencional reduce a la prostituta a víctima se comporta de un modo arrogante y mojigato. «Entre las grandes personalidades sexuales que he visto a lo largo de mi vida, las prostitutas de Filadelfia rayan muy alto. Son intrépidas y agresivas, saludan a los hombres de negocios en sus berlinas o interrumpen el tráfico para charlar con los taxistas. Gobiernan la calle. ¡Diosas paganas!» (p. 123)
  7. La incapacidad del feminismo para asimilar la pornografía es un síntoma de su conservadurismo político. Afirmar que «la pornografía degrada a las mujeres», dice Paglia, es no haber visto nunca pornografía. Según Paglia, «en las cavernas del porno, las luces de la cámara son las antorchas de los Misterios eleusinos, arrojándonos flashes de los secretos de la naturaleza». (p. 133)
  8. Ser gay nunca podrá ser considerado socialmente algo natural. La naturaleza existe o en los términos gruesos de Paglia «el pene encaja en la vagina» (p. 138) Sin embargo, en este tema como en el del aborto, Paglia considera que no sólo tenemos el derecho sino la obligación de desafiar la tiranía de la Naturaleza. «Los gays son héroes y mártires que han entregado sus vidas en la mayor guerra de todas» (p. 138)
  9. «El feminismo lesbiano sólo ha producido la marginación y la miniaturización de las mujeres. No ha surgido ninguna gran obra de arte o intelectual a partir de él. Por el contrario, ha asfixiado con propaganda a las jóvenes y ha obstruido su talento, limitando su visión y constriñendo sus emociones». (p. 150)
  10. En la línea clásica de Freud, «cualquier mujer, gay o hetero, que no pueda responder a los penes o que los encuentre horrendos o risibles es que ha quedado traumatizada por alguna temprana experiencia» (p. 155)
  11. El activismo gay considera que la homofobia puede desaparecer con la educación adecuada de las jóvenes generaciones. Por el contrario, Paglia llama la atención sobre la Naturaleza: un hijo afeminado o artístico es siempre una amenaza para el padre. Los hombres gays serán siempre hombres malditos.
  12. «La bisexualidad es nuestra mejor esperanza de huida de las animosidades y falsas polaridades de las actuales guerras sexuales. La pongamos o no en práctica, la bisexualidad es un gran ideal pagano» (p. 169). La sensibilidad bisexual fue la que inspiró al homosexual Botticelli una obra como El nacimiento de Venus.
Botticelli: El nacimiento de Venus (1485), Ufizzi, Florencia

Entre los artículos de prensa destacan los dedicados a la decadencia de los estudios de Humanidades en las Universidades de Estados Unidos. Paglia se queja amargamente de que los grandes pensadores de los sesenta, Allen Ginsberg, Norman O. Brown o Leslie Fiedler, no crearon escuela. El hueco que dejaron fue ocupado por mediocres que importaron de Francia los inofensivos juegos de palabras de Foucault, «un charlatán habilidoso que llevó demasiado lejos una investigación demasiado pobre» (p. 175). Aún peor ha sido la creación de departamentos específicos sobre estudios de la mujer o estudios gays. Estos departamentos, endogámicos y estériles, deberían ser sustituidos por el estudio interdisciplinar del sexo, desde la historia, la antropología, la psicología y la ciencia.

Ahora, el campus no es un circo de las ideas, sino una guardería donde la madurez se puede posponer indefinidamente. (p. 178)

Leer a Paglia es como un viaje en una montaña rusa: en la misma página conviven el libertarismo y la extrema derecha, la legalización de las drogas y la pena de muerte. En su discurso se mezclan opiniones bárbaras, ridículas, certeras… En cualquier caso, el mérito de polemistas como Paglia es su capacidad para cuestionar la tiranía de lo políticamente correcto. Aunque no se compartan sus opiniones, la parte libertaria de su pensamiento ayuda a reflexionar sobre algunos prejuicios establecidos y a desenmascarar ciertos falsos ídolos.

Enlaces.

Camille Paglia, feminist fatale.

7 comentarios en “Camille Paglia: Vamps & Tramps

  1. Parece interesante esta mujer. Todo pensamiento incorrecto, si es inteligente, es creativo, y en el peor de los casos anima una tarde aburrida. Muy bueno este blog.

  2. Coincido contigo en que la lectura de este libro debe ser un paseo en la montaña rusa, ya la lectura del post lo es. Uno comienza leyendo cada una de las ideas y piensa «Qué interesante» dos segundos después «No me parece que sea así» y acaba de leer la frase y «Es plausible» para comenzar la siguiente idea de manera inversa. A través de la polémica uno se da cuenta que la discusión de estos temas tan espinosos también se encuentra estancada en muchos sentidos.

  3. Hola,

    hay dos cuestiones del libro que me parece importante recordar al hilo de tu comentario:

    1) Las más de seiscientas páginas de Vamps & Tramps incluyen trabajos de calidad variopinta. Ensayos de cierta entidad están acompañados de entrevistas y artículos de un interés más relativo. Además, como ocurre con otros libros recopilatorios a veces se hace demasiado repetitivo.

    2) Algunas de las opiniones de Paglia pueden provocar reacciones muy viscerales. Aunque así sea es interesante darle una oportunidad porque suele apuntar a cuestiones polémicas de mucho interés.

    Un saludo.

  4. Desde luego que jamás entere que tiene de interesante leer a esta mujer, no veo nada divertido, ni nada trasgresor en ella. ¿Por qué leer algo de feminismo “convencional”?

    Desde luego que esta mujer patina bastante, el embrión o feto no es un ser humano, puede o no llegar a serlo pero aun no lo es. Incluso la Iglesia lo permitió durante mucho tiempo.

    En cuanto a la discriminación positiva…tampoco estoy deacuerdo con Camila, ese es el argumento que utilizan la mayoría de políticos de derechas para mantener el status quo. De esta forma, por una razón o por otra, el techo de cristal de las mujeres nunca se consigue rebasar. ¿Establecer en las universidades americanas cuotas de un mínimo de plazas ocupadas por minorías raciales es discriminación? Se le llama discriminación positiva, porque puede que se queden fuera personas que no pertenecen a esa minorías en favor de otras que si lo hacen. Pero se hace precisamente porque históricamente esa gente ha tenido menos oportunidades de alcanzar la educación superior, ya sea por medios económicos o por estigma social. Con esa medida se pretende dar un impulso, favorecerlos hasta que se equilibre la situación, no porque se piense que merecen privilegios ni nada similar.
    Precisamente por lo mal que suena el término «discriminación positiva» ahora se le suele llamar más «acción afirmativa».

Deja tu comentario