I Origins (Cahill, 2014)

I Origins (Cahill, 2014)

Segundo largometraje del director de Another Earth, Mike Cahill.  En esta ocasión utiliza la ciencia-ficción para cuestionar los límites entre religión y ciencia.

El punto de partida de la historia es que no existen en el mundo dos pares de ojos iguales.

Dejar caer un vaso y que este se detenga a medio camino es tan estadísticamente improbable como encontrar un dibujo del iris exactamente igual en dos individuos diferentes.

Cahill fantasea con la posibilidad de que una coincidencia semejante tuviese lugar.  Es el caso de Sofi, su amante fallecida, y Salomina, una niña de los suburbios de Delhi. Esta anomalía le sirve de excusa para aventurar la posibilidad de la reencarnación de las almas y, por tanto, de la existencia de un nivel superior, espiritual, invisible a los ojos de la mayoría y de la ciencia.

Cahill usa el poder de las imágenes para hacer visible el ámbito de lo trascendente, tan menospreciado en este mundo de «hechos» que hemos construido tras más de un siglo de positivismo feroz.

Durante un tiempo, yo también pensé que lo trascendente tendría que ver con lo metafísico, con la idea de Platón o el Uno de Plotino. Pero últimamente me inclino a creer que lo trascendente, esa dimensión invisible a la mirada cotidiana que el arte debe aspirar a mostrar, no es tan etérea ni está tan lejos.

Invisibles son el dolor o la injusticia. Al primero lo encerramos en hospitales y manicomios y a la segunda no la dejamos aparecer en televisión. Ya no creo en lo trascendente pero sí en nuestra afinada, retorcida e inconsciente habilidad para la mentira (Léase las veces que haga falta Sobre verdad y mentira en sentido extramoral)

El arte debe ser una ventana y no una pantalla.

Los mejores fotogramas de la película de Cahill son imitaciones de anuncios publicitarios. Desgraciadamente, hay en esa frase más que una mera coincidencia. Al contrario que en Another Earth, donde la ciencia ficción era un vehículo para explorar el sufrimiento, la tragedia y el deber moral, en I Origins todo se resuelve en la belleza indiscutible de algunos planos.

Ficha técnica

– Dirección: Mike Cahill.

– Producción: Mike Cahill, Hunter Gray, Alex Orlovsky.

– Guión: Mike Cahill.

– Intérpretes: Michael Pitt , Brit Marling (Karen), Astrid Berges-Frisbey (Sofi).

– Música: Will Bates, Phil Mossman, Fall On Your Sword.

– Fotografía: Markus Forderer.

– Montaje: Mike Cahill.

– Compañías productoras: Verisimilitude, WeWork Studios, Bersin Pictures, Penny Jane Films.

– Distribuidora: Fox Searchlight Pictures.

– Fechas de estreno: 18 de enero de 2014 (Sundance), 18 de julio de 2014 (EE.UU).

– Duración: 106 minutos.

– País: Estados Unidos.

– Idioma: Inglés.

12 comentarios en “I Origins (Cahill, 2014)

  1. No sé si conoces el libro: «Trascendental style in film» de Paul Schrader. En él se analizan las obras de Ozu, Bresson y Dreyer desde el punto de vista de la utilización del lenguaje cinematográfico para representar «lo trascendente». Es un texto fundamental, desde mi punto de vista, para comprender este tema.

    1. Hola Carlos, no conocía el libro de Schrader. Sí he visto el cine de los tres, especialmente a Dreyer. Hace años le tomaba en serio (Ordet, por ejemplo), ahora su cine y mi forma de ver las cosas son universos paralelos. De todos modos, muchas gracias por la recomendación. Parece un texto muy interesante.

      Dejo aquí un enlace a un resumen del propio Schrader de su libro Trascendental Style in Film

      Saludos.

    2. Algo más sobre Paul Schrader. No sé por qué pero a veces se da una conexión intrínseca entre mística y fascismo. Es triste observar cómo el guionista de Taxi Driver, Toro salvaje, Mishima o La última tentación de Cristo, escribió y dirigió en 2014 The Dying of The Light, una apología del peor Bush, neocon, republicana, islamófoba, antimarxista. Quien esté dispuesto a ver la peli hasta el final no dejará de llevarse sorpresas de hasta qué extremos de estupidez puede llegar la inteligencia política de un gran artista. A los filosófos nos ocurre lo mismo con Heidegger.

      Saludos.

  2. Para poder vivir tenemos que dormir unas 7 u ocho horas cada día. Tener los ojos cerrados tantas horas nos hace vulnerables a la naturaleza más salvaje. Sigo pensando que no somos de este planeta.
    Es una película difícil y llevo meses intentando verla completa. Si la mente no está con uno, lo tiene más difícil: bajones emocionales y demás.
    Espero más opiniones. A ver si se anima alguien.

  3. Otra película que empiezo a ver y la abandono al poco es Birdman (2014). Esa batería de fondo, que parece de una canción que se termina pero que no acaba nunca de hacerlo, llega a desquiciarme.
    Cada vez me parezco más a Ebenezer Scrooge, y más cuando se trata de cine.

  4. Gracias por la información. No tiene precio. Encantado de releer el artículo de Carver que enlazas, lo tenía olvidado.
    Tu ayuda es impagable, pero algún día veré alguna manera de compensarte.
    Ánimo.

  5. Hola StickBrush, me parece que 9 minutos es poco tiempo para argumentar seriamente acerca de ningún tema filosófico y este lo es. A la definición de arte le dedica apenas dos minutos y parece que quiere salir del embrollo lo antes posible. La forma en que defiende que los videojuegos son arte es una falacia. Toma un chivo expiatorio (no sé quién que ha escrito un artículo en contra) y le zurra pero con eso no demuestra nada. Hace una mezcla de la «falacia del hombre de paja» y la del «francotirador».

    Mi opinión sobre el tema: cuando empezó el cine allá por 1895 nadie esperaba que se convirtiera en arte. Era un espectáculo de feria. ¿Por qué no ha de ocurrir lo mismo con los videojuegos? Creo que lo virtual tiene todavía muchas posibilidades por explorar. No soy aficionado a los videojuegos así que usaré un ejemplo del cine de animación. Al principio era algo para un público muy específico, sólo para entretener pero ¿quién se atreve a cuestionar el salto cualitativo que supuso «Ghost in the Shell«, por ejemplo?

    Saludos.
    Eugenio.

Deja tu comentario