Don DeLillo: Running Dog (Fascinación, 1978)

fascinacion

Don DeLillo: Running Dog. Gian Castelli (tr.) Barcelona: Seix Barral, 2012.

El título original de esta novela de DeLillo es Running Dog que puede traducirse por perro sarnoso. Así llamaban a los estadounidenses que huían de Vietnam al terminar la guerra. Running Dog es el nombre indio del protagonista. Pero esa es una historia de espías y agentes dobles en la que no me interesa detenerme ahora.

Fascinación es también un buen título. «Una palabra interesante. Proviene del latín fascinus. Un amuleto con forma de falo. Una palabra que procede de la misma raíz que la palabra «fascismo»». Toda la novela gira en torno a algo que fascina a las grandes agencias de inteligencia, a la mafia, a los empresarios del porno… Es una película rodada en el refugio de Hitler en abril de 1945. Todos esperan ver una orgía en la que él esté presente.

La pornografía «artística» (Picasso, Dalí, Schiele, Courbet…) ya no atrae a la sensibilidad moderna. Esta se rige por un código diferente. La imagen tiene que moverse. Si, además, la película está ambientada en la época nazi el interés del público está garantizado..

Todo lo que es la era nazi. La gente no se cansa. Si tiene que ver con los nazis, resulta automáticamente erótico. La violencia, los rituales, el cuero, las botas. Todos sus uniformes y su parafernalia. ¿Sabías que propinaba latigazos a su sobrina?

Otro elemento que DeLillo resalta varias veces en la novela es la obsesión por filmarlo todo que hace años se percibía como un peligro y una amenaza. Hoy día ya lo hemos asumido como un elemento más de la vida cotidiana. A pesar de todo…

Entras en un banco y te filman —dijo Lightborne—. Entras en unos grandes almacenes y te filman. Lo vemos cada vez más. Entras en un probador a cambiarte de ropa y hay alguien observándote a través de un espejo falso. Y no sólo a los clientes, atención. También vigilan a los empleados: los espían con cámaras ocultas. Entra con el coche en cualquier sitio. Radares, controles computerizados del tráfico. Se internan en el útero y toman fotografías. En todas partes. ¿Qué gira constantemente en torno al planeta? Satélites espía, globos sonda, aviones U-2. ¿Y qué hacen? Tomar fotos. Filmar el mundo entero.

Banksy
Banksy

5 comentarios en “Don DeLillo: Running Dog (Fascinación, 1978)

  1. Sí sí es como algo inherente a la naturaleza humana o que al menos le pone a una inmensa mayoría el hacer fascinante lo que no es en sí fascinate sino abominable, y así las parafilias y demás aberraciones. O sea que la Naturaleza tiene poco de humana es más bien cruel e hija de puta, y así son algunos «humanos» cuando dan rienda suelta a su naturaleza, por ej los fascistas Nazis, crueles e hijos de puta, que degradan a la persona, lo más inviolable y sagrado de este puto mundo, a la categoría de vegetal o menos y la desgajan o destripan como si se tratara de una magnolia o un mismo paramecio, sin el más mínimo asomo de pepito grillo. Lo que hace la ausencia absoluta de lecturas de humanidades, seguro ninguno de estos mequetrefes ha leído a Simone Weile por ejemplo. En fin, para ellos la dicha de semejante fascinación. A mí me repugnan. Y el cuero sí tiene su lógica en ese desmán fasticoide, les hace sentirse felinos, les insufla una prepotencia comanche, cuando no son más que babosas ninfómanas.

    Pues eso Eugeni, la Naturaleza no tiene nada de humana, este binomio me disloca. Y yo ahora mismo tengo un deseo irrefrenable de estrangularte por lo bien que escribes, jaja.

  2. La leí hace un año o así, buena novela. Novela de juventud y se nota. Esos diálogos insoportables redundantes, que vuelven sobre sí mismos y remarcan la misma idea cien veces… de hecho son diálogos platónicos muchas veces, con la diferencia de que en los diálogos platónicos, la estructura es el discurso socrático y las inquisiciones del resto de participantes en la escena con el reproche eventual, un poco más largo. En los diálogos de DeLillo, cambia que los dos participantes guían la conversación casi siempre en la misma dirección, por que normalmente es el desarrollo de un tema por parte del autor, y son parte de la misma voz.

    Ya que estamos, ¿has leído a Jesús Mosterín? Yo estoy leyendo su serie de historia del pensamiento, y la verdad es que sé mucho de lo que cuenta, pero su tono Bertrand Russelliano y su sentido del humor es bastante refrescante. Imaginé que sería exactamente el filósofo de divulgación que recomendarías.
    Su libro de los lógicos es excelente.

    1. Hola Matías, en el tema de los diálogos De Lillo mejora con el tiempo. Punto Omega es otra historia.

      Soy más de Estėtica que de Lógica y Mosterín, que lo respeto mucho, es una lectura que se me hace cuesta arriba.

      Por cierto, Al límite de Pynchon es una novela soberbia. Te la recomiendo si no me la ha recomendado tú antes.

      Saludos

  3. Hoa Eugenio, precisamente acabo de terminar una sesión intensa de Flannery O’Connor, terminando sus cuentos completos, que ha editado Debolsillo en 840 páginas bien apañadas. Es extraordinario.
    A Pynchón todavía lo he leído muy poco, aunque no me ha interesado demasiado, defintivamente leeré Al Límite para iniciarme un poco más seriamente.

    Me pasa exactamente lo mismo con Mosterín, pero el año que viene me he decidido definitivamente a comenzar Filosofía y tengo un gran interés en alcanzar un nivel en matemáticas todo lo alto que pueda, así que con algo de esfuerzo y entre otras lecturas me he leído su introducción a la lógica y voy a empezar a ampliar desde ahí hasta abarcar todo lo posible.

    Saludos

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