Este año 2013 han coincidido dos películas cuyo gancho fundamental era ver saltar por los aires La Casa Blanca. Una es Olympus Has Fallen (Objetivo: La Casa Blanca, Antoine Fuqua, 2013) y la otra es White House Down (Asalto al Poder, Roland Emmerich, 2013). En la primera un comando norcoreano toma la Casa Blanca con la intención de disparar misiles nucleares estadounidenses y provocar la III Guerra Mundial. En la segunda el conglomerado político-armamentístico da un golpe de estado para derribar al alter-ego del presidente Obama por su empeño en firmar la paz con Irán y resolver los conflictos en Oriente Medio. Argumentos inverosímiles que no van más allá de la propaganda barata.
Ahora bien, ¿por qué existe en el cine estadounidense esa recurrente fantasía con un cataclismo de naturaleza terrorista? La Historia ha muerto por la acumulación vertiginosa de acontecimientos. Eso produce una sensación generalizada de vacío y desorientación que puede resolverse con la llegada de un “acontecimiento verdadero” que nos vuelva a colocar en los raíles de la Historia. La ficción cinematográfica se pone entonces al servicio de una sociedad neurótica, instalada en una red de mentiras e incapaz de enfrentar la realidad.
Categorías:Cine, Cine y Filosofía, Propaganda y cine
Podria borrarme de su lista de e-mails? Gracias
Enviado desde mi iPhone
Apareces en la lista de email-followers pero no sé cómo borrarte. En los correos que recibes tienes al final la opción de Unsubscribe. Úsala por favor.
Saludos.
Hola Paula, no es posible para mi borrarte de la lista de email-followers. He consultado varias entradas sobre el tema en los foros de wordpress y simplemente no puedo hacerlo. Tienes que usar el Unsubscribe.