Black Mirror es una serie de televisión creada por Charlie Brooker y emitida por Channel 4. Es la versión contemporánea de la mítica The Twilight Zone. Hasta el momento se han emitido dos temporadas de tres episodios cada una. The National Anthem es el primer episodio de la primera temporada.
El capítulo, de cuarenta y tres minutos de duración, resulta muy interesante para reflexionar sobre los límites del arte contemporáneo. Después de Damien Hirst, ¿hasta dónde estaría dispuesto a llegar un premio Turner para llevar a cabo su obra maestra?
Así, en el guión de Charlie Brooker, el artista Carlton Bloom secuestra a una ficticia princesa Susannah y amenaza con matarla si el Primer Ministro Michael Callow no mantiene relaciones sexuales con un cerdo. Exige, además, que la escena tenga una difusión mundial en directo.
En este caso, la obra de arte consistiría en convertir a billones de espectadores en cómplices de la perversa performance. A primera vista, el artista parece querer denunciar la absoluta pasividad con que nos han infectado los mass media en la era de Internet.
Me parecen memorables también el modo en que queda reflejada la rapidez en el flujo de información (Twitter, Youtube…) y esos fotogramas de calles vacías con connotaciones apocalípticas.
Recomiendo a quienes lean este blog que no se pierdan esta magnífica serie y espero sus comentarios.
Ficha técnica
– Guionista: Charlie Brooker
– Intérpretes: Rory Kinnear y Lindsay Duncan, con Donald Sumpter, Tom Goodman-Hill, Anna Wilson-Jones y Lydia Wilson
– País: Reino Unido
– Género: Ciencia Ficción, Drama, Sátira.
– Cadena de emisión: Channel 4
– Fecha de estreno: 4 de diciembre de 2011.
Gracias a Andrés por la recomendación.
Categorías:Arte, Cine, Estética, Filosofía, Series de Televisión
¡Vaya con los caminos de la imaginación!
Sorprendente historia con una idea subliminal muy intensa, siempre queremos el no va más en las “petardadas” que se transmiten por televisión (¿será ésta una necesidad impuesta desde la infancia?).
Espero conseguir algún capítulo pronto, a ver si descubro algo más.
Gracias.
La crueldad del público es otro de los elementos presentes. Creo que esta serie te gustará mucho.
Un abrazo.
Es curioso, Eugenio, que en el teatro de la Antigua Grecia, a la tragedia se la llamara “tragoedia”, es decir: “canto del macho cabrío”, y que en el centro del espectáculo se situaba un altar a Dioniso. Terriblemente enigmático.
He visto los primeros episodios: es un prodigio de serie, imaginativa y brillante en cada historia. Me ha sorprendido, la verdad. Acongojante. Ojalá esta antiutopía anunciada ayude en algo a superar nuestra extraña realidad.
Hay que promocionarla, es un deber. 😉
Hola ente, me alegra. Me pareció que se movía en ese claroscurso de The Twilight Zone que tanto te gusta. Saludos.
La política como una fábrica de realidad, pero en la ratonera. Impactante, muchas gracias Eugenio.
Sí que es nihilista en el sentido político. Y para Estética pues viene bien. Ya te contaré de la charla. Estuvo bien.
Buf! No recordaba esta barbaridad de capítulo.
No le falta de nada: reflexiones sobre la gente reducida por propia voluntad a ser espectadores de una atrocidad falacia deshumanizadora mediante (“es un político, que lo zurzan”), lo abyecto del gobierno al que no disgusta la idea de la zoofilia con tal de salvar a una muñeca de revistas –si la secuestrada fuese mayor o fea ahí lo llevaba– o la sangre fría de seguir como si nada hubiese pasado o…
Inquietante a todos los niveles aunque eso sí, el arte cumple su papel: imagina, anticipa, dispone, ejecuta y se convierte o el obra o en nada.
Gracias por dedicarle tiempo. Creo que la segunda temporada es aún mejor.
Me olvidé de comentar arriba que el público no es sólo pasivo sino también muestra un resentimiento verosímil hacia lo polícito.
El artista en la ficción logra su objetivo.
Seguiré comentando capítulos de esta serie y películas de Godard.
Saludos.
Sí: el público disfruta, en principio, del mal rato que tiene que pasar el político. Creo que si se tratara de algunos de por aquí: ¡contra! Yo mismo querría verlo, para que pague las mentiras, o no… tal vez. Qué vengativos somos… Y una vez sacrificado, redimido, se le perdonan los pecados.
Eugenio, perdona que te moleste. ¿Sabes algo de Kevin, de Vae Victis, hace meses que no sé de él y que no publica nada.
Saludos.
Creo que anda muy liado con sus estudios. Pero que está bien.
Saludos.
Ah, vale, gracias. Está de estoico. 😉