Fernando Pessoa: Poesía completa de Alberto Caeiro (2009)

Fernando Pessoa: Poesía completa de Alberto Caeiro. Manuel Moya (prol. y trad.). Barcelona: DVD Ediciones, 2009.

Alberto Caeiro, Ricardo Reis y Álvaro de Campos son los heterónimos poetas más conocidos de Fernando Pessoa. Nunca tuve demasiado interés en la poesía de Reis o de Campos pero la obra del joven Alberto Caeiro es para mí la voz esencial del Pessoa que admiro, el del Libro del desasosiego, atribuido, por cierto, a otro heterónimo, Bernardo Soares.

Alberto Caeiro, cuenta Reis, nació en Lisboa en 1889, donde murió de tuberculosis en 1915. No podía durar demasiado un poeta que se aferraba con uñas y dientes a la contemplación inocente, pura e infantil del Universo. Sus obras completas incluyen tres libros de poemas: El guardador de rebaños, El pastor enamorado y Poemas inconjuntos.

El guardador de rebaños, el único publicado en vida, recoge los más logrados, aquellos en los que la sencillez, la contemplación y el enigma se unen para ofrecer una visión peculiar de la Naturaleza en la que resuenan Heráclito y Nietzsche.

Encontramos más argumentación, filosofía y dialéctica en Poemas incojuntos, una antología reunida por Reis de sus primeros tanteos. En El pastor enamorado más que poemas de amor lo que Caeiro nos ofrece son poemas de un olvido.

En los 49 poemas de El guardador de rebaños Caeiro propone una nueva forma de ver y de existir. No ver en las cosas ni más ni menos de lo que son, aceptar lo real sólo en tanto real, sin interpretaciones, perspectivas, análisis, sentido ni fines. Existir lo mismo que existe una roca, el invierno, los árboles, el río, la luz… puro movimiento que pasa, inaprensible. Poesía aforística que suena casi como la voz mistérica de un presocrático, casi como las sentencias de Heráclito o Anaximandro.

El problema personal que me plantea la poesía de Caeiro es el siguiente: me resulta imposible percibir esa Naturaleza o Universo que él ve con tanta facilidad. El misterio y lo sagrado han desaparecido. Vamos de camino a la realidad virtual. Vivimos cada vez más en un gigantesco diagrama cartesiano donde todo está bien delimitado, todo, incluida el alma, tiene sus coordenadas. La Naturaleza de Caeiro es un paraíso perdido y aferrarse a él es un camino rápido hacia la locura o la muerte.

El guardador de rebaños

II
Yo me siento acabado de nacer a cada instante
a la eterna novedad del mundo…

El mundo no se ha hecho para pensarlo
(pensar es estar enfermo de los ojos)
sino para mirarlo y quedarse conforme.

V
Hay metafísica bastante en no pensar en nada.

VI
Pensar en Dios es desobedecer a Dios,
ya que Dios ha querido que no lo conociéramos
y por tanto no se nos ha mostrado…

IX
Soy un guardador de rebaños,
el rebaño son mis pensamientos,
y mis pensamientos son todos sensaciones.

XXI
… y cuando uno esté para morirse, acordarse de que también el día
muere
y que el ocaso es bello y es bella también la noche que le sucede…
Así es, y que así siga siendo…

XXXII
(…¿Qué me importan a mí los hombres
y su sufrimiento o lo que se supone que sea su sufrimiento?
Si fueran como yo, no sufrirían.
Todo el mal del mundo viene de importarnos unos a otros,
sea para hacer el bien o para hacer el mal.
A nuestra alma le basta con el cielo y la tierra.
Desear más es perder esto de vista y ser infeliz)

(Bendito sea Dios por no hacerme bueno,
por tener el egoísmo natural de las flores
y de los ríos, que continúan su camino
preocupados sin saberlo,
sólo con el florecer y el ir corriendo.
Esa es la única misión en el mundo,
la de existir con claridad
y continuar sin darse cuenta).

XLIII
Recordar es una traición a la Naturaleza,
pues la Naturaleza de ayer ya no es Naturaleza.
Lo que fue, no es nada y recordar es no ver nada.

¡Pasa, ave, pasa y enséñame a pasar!

Poemas inconjuntos

Siento una enorme alegría
al pensar que mi muerte no tiene la menor importancia. (p. 177)

Y entonces estos entes serán los dioses
que existen porque es así como se existe por completo,
que no mueren porque son idénticos a sí mismos,
y pueden mucho porque no tienen división
entre quienes son y quiénes son
y es posible que no nos amen ni nos quieran ni se nos aparezcan
porque lo perfecto no necesita de nada. (pp. 298-299)

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8 comentarios en “Fernando Pessoa: Poesía completa de Alberto Caeiro (2009)

  1. Entiendo, Eugenio, tus reservas con respecto a la mirada de Caeiro. Lo suyo, creo, es fácil y complejo al mismo tiempo. En un momento en el que las vanguardias pretenden volver a mirar (revisar) las cosas, tal vez buscando nuevasperspectivas, nuevos ángulos de visión, Caeiro se dice a sí mismo que no es cuestión de nuevas perspectivas, sino de quitar todas las perspectivas. Atribuimos a las cosas, viene a decir, elementos que las cosas no tienen. Nuestra mitrada está contaminada de equívocos. Volvamos al principio, volvamos a mirar las cosas como si las viéramos por vez primera. La pregunta ería: ¿se pueden volver a ver las cosas por vez primera? Yo creo que no. Eso equivaldría a ver con la nitidez de un griego del siglo X a JC.

  2. Hola Manuel.

    Estoy de acuerdo en «fácil y complejo». Fácil sería interpretar su poesía como un crítica a la visión científico-técnica del mundo. Me gusta el XLV donde dice «Tristes de las almas humanas, que ponen todo en orden…y dibujan paralelos de latitud y longitud» Volver a ver las cosas mismas significaría abandonar las matemáticas, el criterio de utilidad, etc. El objetivismo en la pintura vanguardista de principios de siglo también podría usarse para interpretar a Caeiro. Pero mi observación personal quería decir algo más. Si leo a Caeiro del mismo modo que él recomienda mirar las cosas, es decir, renunciando a estilos, críticas y contextualizaciones entonces veo a alguien cuya visión es tan verdadera y, al mismo tiempo, tan autodestructiva… Diría que algunos sí son capaces de ver las cosas como si las viesen por primera vez. Pero esa mutación o trastorno se paga muy caro. Me recuerda a Holden Caulfield. Creo que El guardián entre el centeno nunca consigue salir del psiquiátrico. También a la transformación de Leopoldo Panero, del poeta bello y maldito de El desencanto a esa parodia esperpéntica de sí mismo en Después de tantos años . Y esto es más difícil y no creo que me haya explicado demasiado bien.

    Muchas gracias por tu comentario y enhorabuena por tu excelente edición de la poesía de Caeiro.

    Un saludo.

  3. Es curioso que menciones a Omar Jayyam. Le dediqué una reseña hace años a un edición bilingüe de Alianza bolsillo que me gustó. En Jayyam hay de todo. Ya te imaginarás que mis poemas preferidos son más pesimistas:

    81

    ¿Hasta cuándo pasarás la vida en el egoísmo
    o bien preguntando por el ser y el no ser?
    Bebe vino, que la vida corre y la muerte va detrás,
    y es mejor que transcurra en el sueño o la ebriedad.

    31

    Cuando el señor ordenó el diseño del universo,
    ¿por qué a tara y defecto lo sujetó?
    Si salió bien, ¿por qué falla?
    Si el perfil salió mal ¿de quién es el error?

  4. Buenas tardes don Eugenio.

    Acabo de empezar ‘El libro del desasosiego’ y me encuentro un tanto perdido…No se si me encuentro ante un diario, un ensayo, una filosofía poetizada, no lo sé. Quizás es lo que quiere el autor: desconcertar, desasosegar. En cuanto a su «filosofía» encuentro rastros del gusto por la contemplación estética, privilegia la inacción a la acción y valora como un factor positivo la falta de voluntad. Se encuentra en un estado de desidia que no es trágico ya que él parece aceptarlo, por lo menos hasta que llegue su final, sin forzarlo nunca. No sé…un poco de renuncia de Schopenhauer por aquí, otro poco de náusea de Sartre por allá, la verdad es que no termino de pillarle. Si me pudiera ayudar me sería de gran ayuda. Muchas gracias.

    1. Hola, lo siento, mucho trabajo.

      El atractivo de «El libro del desasosiego» es que es la voz del propio Pessoa y no de sus heterónimos (A mí el que más me gusta es Caeiro: https://auladefilosofia.net/2010/03/17/fernando-pessoa-poesia-completa-de-alberto-caeiro/) Coincido en la influencia de Schopenhauer. Hace 25 años que lo leí. Recuerdo una lectura muy intensa. Tomaba muchísimas notas. Me atraía la renuncia a la existencia, esa voluntad de desaparecer.

      Saludos.

  5. Verdaderamente la poesia y la prosa de fernando Pessoa, Reis , Caeiro y otros heteronimos es de un valor inmenso que yo hacce años que la leo y la releo y jamas me canso sino que siento mi alama lavada cuando la hago

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